En
el siglo XIV, el calzado de moda en Europa era un zapato puntiagudo
llamado pontáine, con punteras que se alargaban varios centímetros,
acababan en forma de garra de pájaro, o pico de águila.
Algunos
incluso tenían forma de pene, lo que motivó que papas como Urbano V y
reyes como Carlos V de Francia prohibieran su uso a los católicos.
Pero ni ellos pudieron parar la desvergonzada moda, que se prolongó durante varios años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario