Santa Muerte o Santísima Muerte es una figura de culto mexicana, que recibe peticiones de amor, afectos, suerte, dinero y protección, así como también peticiones malintencionadas y de daño a terceros por parte de sus fieles. Sin embargo, diversas iglesias como la católica, bautista, presbiteriana, metodista, entre otras, rechazan y condenan su veneración, considerándola diabólica.
En ocasiones su culto es vinculado a distintos tipos de delincuencia como el narcotráfico, asaltantes y personas de distintos estratos sociales que se dedican al comercio informal, ambulantaje o piratería. Sin embargo, es un error pensar que el culto a la Santa Muerte es sólo practicado por personas o grupos delincuenciales, ya que el culto a la muerte, proviene desde los prehispánicos.
Detalle del culto prehispánico
Las raíces de la creencia datarían de la época prehispánica, bajo el nombre de Mictlantecuhtli y Mictlantecihuatl como el dios y diosa de la muerte, la oscuridad y el Mictlán "la región de los muertos" (se manejaba un concepto de dualidad en la religión Mexica). A este lugar iban los hombres y mujeres que morían de causas naturales. Pero el camino no era fácil. Antes de presentarse ante el Señor y Señora de la muerte había que pasar numerosos obstáculos; piedras que chocan entre sí, desiertos y colinas, un cocodrilo llamado Xochitonal, viento de filosas piedras de obsidiana, y un caudaloso río que el muerto atravesaba con la ayuda de un perro que era sacrificado el día de su funeral (Xoloizcuintl). De esta rama se puede asociar el animismoprehispánico con el variado santoral católico, al estilo de la santeríacubana, que combina tradiciones animistas africanas con el catolicismo.
En la tradición, se le entregaba a los dueños del inframundo ofrendas. Este detalle es muy importante ya que con el tiempo estas ofrendas seguirían presentes en los altares de la Santa Muerte.
Mictlantecuhtli y Mictlantecíhuatl fueron sin lugar a dudas las deidades a quienes se encomendaban a los muertos pero también eran invocados por todo aquel que deseaba el poder de la muerte. Su templo se encontraba en el centro ceremonial de la antigua ciudad de México-Tenochtitlan.
Algo de estas creencias prehispánicas aún sería latente en la cultura popular mexicana, concretizándose así en este culto, el cual el 1 de noviembre o Día de Muertos, se festeja el día con los antepasados muertos, o la idea de que a los muertos no hay que recordarlos con tristeza, si no con alegría como ellos vivieron, por lo que es muy popular el llevar música bailable a los entierros.
En la santería la Santa Muerte se sincretiza con Oya y en Palo Mayombe con Centella Ndoki.
Origen moderno en la cultura popular
El culto de la Santa Muerte se remonta a 1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto al que llamaban Santa Muerte en un poblado del centro del país, y hay testimonios de que este culto permaneció oculto en los últimos dos siglos. La leyenda popular, que se supone transmitida de boca en boca, indicaría que este culto haya estado naciendo alrededor de los años sesenta. Cuando en Catemaco, Veracruz, México, un local vio la figura de la Santa Muerte dibujada en las tablas de su choza. Fue a pedirle al cura local que verificara la imagen y la canonizara, pero este se negó rotundamente tachándola como rito de satanismo, de ahí que este culto se difundiese de persona a persona, sin tener una organización fija, por el temor a ser visto como satánico. Por lo menos, hasta el día de hoy.
A ella se daría a conocer el culto en el estado de Hidalgo, México, en el año de 1965. La Santa Muerte es así adorada o venerada sobre todo por personas que cotidianamente ponen en riesgo su vida; pero los habitantes urbanos de hoy en día, también invocan a esta figura para la protección y la recuperación de la salud, artículos robados, o aun miembros secuestrados de la familia. La similitud con el culto a San La Muerte Paraguayo/Argentino se evidencia en esta solicitud de aquellos que ponen en riesgo su vida; también en el culto sudamericano se pide a San Muerte por una muerte no violenta ni dolorosa.
La Muerte puede ser representada como una figura masculina o femenina; de forma masculina lo visten de manera tenebrosa, con guadaña y un rosario. Otras ocasiones, la Santa Muerte es femenina, vestida con una túnica larga blanca de satín y una corona de oro.
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