LEVÍTICO.
151El Señor habló a Moisés y a Aarón:
2-Decid a los israelitas:
3>>[a] Cuando un hombre padezca de gonorrea, es impuro. Estas son las normas de impureza en caso de gonorrea, sea fluida o espesa, pues ambas son impuras. 4La cama en que se acuesta el enfermo, quedará impura. 5El asiento que use, quedará impuro. El que toque la cama del enfermo, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 6El que se siente donde ha estado sentado el enfermo, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 7El que toque al enfermo, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 8Si el enfermo escupe a uno que está puro, éste se lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 9La albardilla sobre la que monte el enfermo, quedará impura. 10El que toque un objeto sobre el que ha estado el enfermo, quedará impuro hasta la tarde. Y el que lo transporte, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 11Aquel a quien el enfermo toque, antes de lavarse las manos, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 12Todo cacharro de loza que toque el enfermo, se romperá; si es de madera, se lavará.
13>>Cuando cure de la gonorrea, el enfermo contará siete días hasta su purificación. Lavará sus vestidos, se bañará con agua corriente y quedará puro. 14El octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, se presentará ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro, y los entregará al sacerdote. 15El sacerdote los ofrecerá uno en sacrificio expiatorio y el otro en holocausto. Así expía por él, por su gonorrea, ante el Señor.
16>>[b] Cuando un hombre tenga una polución, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 17También la ropa o el cuero adonde haya caído el semen, se lavará y quedará impura hasta la tarde.
18>>Si un hombre se acuesta con una mujer y tiene una polución, se bañarán los dos y quedarán impuros hasta la tarde.
19>>[c] La mujer, cuando tenga su menstruación, quedará manchada durante siete días. El que la toque quedará impuro hasta la tarde. 20El sitio donde se acueste o donde se siente, mientras está manchada, quedará impuro. 21El que toque su casa, lavará sus vestiduras, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 22El que toque el asiento que usó, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde. 23Si está ella sobre la cama o el asiento, el que los toque quedará impuro hasta la tarde. 24Si un hombre se acuesta con ella, pasará también a él la mancha: quedará impuro durante siete días, y dejará impura la cama en que se acueste.
25>>[d] Cuando una mujer tenga hemorragias frecuentes fuera o después de la menstruación, quedará impura, como en la menstruación, mientras le duren las hemorragias. 26La cama en que se acueste mientras le duran las hemorragias, quedará impura, lo mismo que en la menstruación. 27El que los toque, quedará impuro. Lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
28>>Si cura de sus hemorragias, contará siete días y después quedará pura. 29El octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, los presentará al sacerdote, a la entrada de la tienda del encuentro. 30El sacerdote ofrecerá uno en sacrificio expiatorio y otro en holocausto. Así expía por ella, por la impureza de sus hemorragias ante el Señor.
31>>Precaved a los israelitas de la impureza, para que no mueran por su impureza, por haber profanado mi morada entre vosotros.
32>>Esta es la ley sobre la gonorrea, las poluciones que impurifican, sobre la menstruación de la mujer, 33las secreciones de hombre o de mujer y sobre el hombre que se acuesta con una mujer en estado de impureza>>.
Las secreciones sexuales, debidas a causas naturales o a enfermedad, incapacitan al hombre y a la mujer para participar en el culto: ¿por qué? El autor no lo dice, como si le preocupase solamente regular situaciones frecuentes. Su juicio es cúltico, no médico ni moral, y su intención es que se restablezca el estado de pureza; para lo cual introduce un sacrificio "expiatorio".
Ante el silencio bíblico, los comentaristas han buscado explicaciones. Una es que los antiguos se sentían fascinados y atemorizados ante el poder magnífico y terrible del sexo: capaz de unir y dar vida, de dividir y acarrear muerte. Como si en el sexo se ocultara una fuerza divina (Gn 4,1 "con Yhwh") y se deslizara una fuerza demoníaca (Tob: Asmodeo). Otros arguyen que el Dios de Israel, aunque imaginado como varón, no exhibía atributos sexuales ni tenía una consorte; por eso el mundo sexual debía quedar alejado de su culto.
El estado de impureza se transmite por contacto inmediato y mediato; su duración varía según el grado de contacto. Incurrir en estado de impureza es normal y tiene remedio fácil; lo grave sería profanar a sabiendas el culto y la "morada" de Dios.
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