Julia Berenice, hija del soberano Herodes Agripa I, nació en torno al año 28 en Judea. Después de tres matrimonios fallidos, Julia Berenice comenzó a reinar al lado de su hermano, Herodes Agripa II. Se rumoreaba sobre una posible relación incestuosa, situación que dejó constancia el historiador Flavio Josefo. En el año 66 Berenice conoció a Tito, el hijo del emperador romano Vespasiano, que había acudido a la región para sofocar una sublevación. Durante este acontecimiento, ambos se convirtieron en amantes. Ella rondaba los 40, y él, los 28. De regreso a Roma, el pueblo no vio con buenos ojos aquella relación, por lo que Tito tuvo que mandarla de vuelta a su tierra cuando fue proclamado emperador en el año 79.
Quizá ella pensaba que podría regresar a su lado cuando la situación fuera más propicia. A partir de la separación, ya nada se supo de aquella mujer que soñó con gobernar la Ciudad Eterna. Según la leyenda, Julia no habría abandonado del todo sus aspiraciones: su fantasma puede verse deambulando por las noches cerca del Pórtico de Octavia, en Roma.
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