Con la
llegada de la agricultura y la ganadería, nuestros antepasados tuvieron
la necesidad de controlar el tiempo, los días y las estaciones. Querían
saber cuándo debían plantar, cuándo cosechar y cuándo se iniciaba el
frío invierno, y para ello se fijaron en el cielo. La élite religiosa
aprendió no solo que la luna iba cambiando su forma según avanzaba el
mes, sino que comenzó a fijarse en la duración de los días, detectando
los solsticios de verano e invierno y los equinoccios de primavera y
otoño.
Aunque parezca
paradójico, la llegada de la agricultura significó muchas veces hambre y
miseria, ya que aun controlando los días, no podían predecir el tiempo,
ni medir la calidad del suelo para cultivar y no podían dominar las
plagas de insectos. Tener o no una cosecha no solo dependía de los días.
Por este motivo es muy posible que crearan una religión y un sistema de
distracción de la población en torno a los ciclos solares.
Mientras había
hambrunas o no era tiempo de cosechas, la élite ordenaba construir o
levantar grandes monumentos con bloques de piedra denominados megalitos.
A veces estos se usaban en tumbas colectivas -sobre todo en tiempos
tempranos-, pero después las construcciones pasaron a funcionar como un
calendario, así que se colocaban de tal manera que una o varias de las
piedras se iluminaban o señalaban un punto concreto con su sombra
durante algunos días al año al amanecer o al atardecer coincidiendo con
los solsticios o equinocios.
Dolmen de Menga.
Dolmen de Antequera.
Existen
numerosos casos en Europa -el más conocido es el de Stonehenge-, pero en
España también hay ejemplos como son los dólmenes de Antequera. Estas
comunidades debían arrastrar, mediante un sistema de cuerdas y troncos
por el suelo, bloques de más de siete metros de altura y de hasta de
ciento ochenta toneladas de peso, y colocarlas en vertical por medio de
rampas y zanjas. Estos dólmenes también tienen orientaciones hacia los
equinocios y solsticios, como por ejemplo el dolmen de Viera
(Antequera), que ilumina su interior durante el equinocio de otoño.
CURIOSIDADES DE LA HISTORIA CON
EL MINISTERIO DEL TIEMPO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario