Según la tradición, Alá reveló los primeros versos del Corán a Mahoma el noveno mes lunar del calendario musulmán, hacia 610, de ahí su carácter sacrosanto. En esos días, los fieles deben observar el ayuno y la abstinencia sexual desde el amanecer hasta la puesta de sol. Un hadiz -dicho del profeta- señala su importancia: "El que falle en el ayuno, aunque sea un día, si no es por excusa válida o enfermedad, no lo podrá compensar ni con ayuno perpetuo".
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