NÚMEROS: 191El Señor habló a Moisés y a Aarón:
2-Esta es la ley que ha dado el Señor: <<Di a los israelitas que te traigan una vaca roja sin tara ni defecto y que nunca haya llevado el yugo, 3y que se la entreguen al sacerdote Eleazar. Él la sacará fuera del campamento, donde la degollarán en su presencia.
4>>Eleazar untará un dedo en su sangre y salpicará siete veces hacia la tienda del encuentro. 5Y mandará quemar la vaca en su presencia: se quemará la piel, la carne y la sangre con los intestinos. 6Después el sacerdote tomará ramas de cedro, hisopo y púrpura escarlata y los echará al fuego, donde arde la vaca. 7El sacerdote lavará sus vestidos, se bañará y después volverá al campamento. 8Quedará impuro hasta la tarde. El que la quemó, lavará sus vestidos, se bañará y quedará impuro hasta la tarde.
9>>Un hombre puro se encargará de recoger las cenizas de la vaca y las depositará en un lugar puro fuera del campamento. La comunidad israelita las conservará para preparar el agua lustral, de expiación. 10El que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.
Explicación.
El tema unitario de esta perícopa es la purificación del estado de impureza, especialmente, por contacto con un cadáver. El medio ritual es la aspersión del impuro con un agua lustral preparada según fórmula compleja. En su preparación queda englobado un rito de color arcaico, mágico, de probable origen pagano. La tarea del autor ha sido preservar una práctica tradicional e insertarla en su sistema de pureza e impureza, bajo la vigilancia y la dirección del sacerdote. El residuo mágico pasa a segundo plano de importancia; lo que hubiera de culto a los antepasados en el contacto con cadáveres queda disimulado. A primer plano pasa la santidad de Dios con su exigencia absoluta de pureza cúltica. No se promulga una condena, sino una alternativa. El impuro tiene un medio ritual, controlado, par purificarse; el que lo rehúsa, queda excluido de la comunidad: sería un centro de impureza y contagio que alcanza al santuario del Señor.
El rito de la vaca roja o parda parece antiguo. Su significado es inaccesible y probablemente lo era para los judíos, que no intentaron explicarlo con alguna referencia histórica. Por el uso de la vaca se emparenta con Dt 21,3, por los otros ingredientes, con Lv 14,4, por la séptuple aspersión, con Lv 4,6, Cedro e hisopo representan dos extremos del mundo vegetal (1 Re 5,13). La vaca no tiene relación alguna con el sacrificio; con todo, el autor tiene interés en someter el rito entero al sacerdote. Es matada fuera del campamento y nada se aprovecha fuera de sus cenizas (Heb 9,13).
No hay comentarios:
Publicar un comentario