En el Vaticano lo que no es sagrado... es secreto.
La institución del Vaticano empezó como una democracia pero se rige por los principios de una dictadura. Es el único estado europeo que tiene la pena de muerte en su legislación, aunque dejara de ser efectiva a finales del siglo XIX.
Durante siglos los Papas supieron centrar a la Iglesia, así como amortiguar su impacto en los eventos históricos y remarcando su habilidad para apropiarse o adaptarse a los nuevos movimientos sociales que iban formándose a lo largo de los siglos.
El emperador Napoleón Bonaparte consideraba al papado como "uno de los mejores oficios del mundo" y Adolf Hitler "uno de los más peligrosos y delicados de la política mundial". Napoleón estimaba la fuerza de un solo Papa con la fuerza de un regimiento de doscientos mil hombres.
Mientras los papas bendecían a sus fieles por un lado, recibían a embajadores y a jefes de Estado de otros países, enviaban nuncios y legados en misiones especiales, por el otro.
A pesar de que la autoridad papal fue cambiando por las modernizaciones y las renovaciones, por la política y la economía, los intereses de la Iglesia fueron siempre el motivo por el que se movieron los espías del Vaticano.
Los cuarenta papas que han gobernado desde la creación de la Santa Alianza, desde Pío V a Juan Pablo II, han tenido que enfrentarse a descritianizaciones y cismas, revoluciones y dictadores, persecuciones y atentados, guerras civiles y mundiales, asesinatos y secuestros. Muchos acontecimientos están relacionados con la Santa Alianza, como la creación de Holanda, la Armada Invencible, el asesinato de Enrique IV de Francia, o el intento de asesinato de Isabel de Inglaterra y la restauración del trono católico con María Estuardo.
También tuvo su intervencción en la guerra hispanoamericana por Cuba, o en la Segunda Guerra Mundial y el fin de la misma, cuando crearon el "Pasillo Vaticano" para ayudar a escapar a los criminales de guerra nazis.
El Vaticano sigue sin reconocer la existencia de la Santa Alianza, actualmente conocida como la Entidad.
Ha habido 41 papas desde la fundación de la Santa Alianza. El único del que no se ha descubierto absolutamente nada es de Juan XXIII, al que llamaban "el Papa bueno". Y parece ser que se debe a que ordenó que se paralizasen todas intervenciones de la Santa Alianza.
Existen diferentes versiones sobre quién fue el verdadero fundador de la llamada Santa Alianza, el servicio de espionaje vaticano.
La Santa Alianza se crea en el año 1566 por orden del papa Pío V y se funda realmente como una unidad de asesinos para matar a Isabel de Inglaterra, que era protestante y devolver a Inglaterra el catolicismo a través de María Estuardo, la reina de Escocia. Todo ello con dinero de Felipe II, que era quien pagaba la creación de la Santa Alianza.
El joven presbítero era muy aficionado a las sociedades secretas y para él el Santo Oficio era una de las “sociedades secretas” con mayor poder de su tiempo.
¿Como funciona?
No es el Papa quien da las órdenes a los agentes del servicio de inteligencia, sino la Secretaría de Estado. Aunque la Entidad, es un órgano independiente como puede ser la Guardia Suiza o el Banco Vaticano, la Entidad depende de un Prefecto, quien reporta directamente al Secretario de Estado Vaticano.
Cada semana se entrega al Papa y al Secretario de Estado un informe de inteligencia en el que están recogidos diversos acontecimientos relacionados con seguridad.
Los espías del papa, han sabido durante cinco siglos anteponer los intereses del Vaticano para salvaguardar la fe, por la cruz y por la espada. Ese ha sido tal vez su lema durante siglos.
Los curas hacen un informe diario que remiten a su inmediato superior dentro de la provincia donde estén. Esos informes terminan en la Nunciatura, que los envía al Vaticano y allí esa información va al Dicasterio encargado de las misiones. Y en esa información hay de todo: desde la pérdida de fieles en la parroquia de La Paz en Bolivia, hasta movimientos de guerrillas de las FARC en la zona cerca de Cartagena de Indias. Es una fuente de información brutal y la utilizan porque saben cómo hacerlo.
La apertura de los archivos de la Cruz Roja Internacional redactados durante la posguerra ha cerrado por fin la polémica acerca de si los criminales de guerra nazis y croatas contaron con la ayuda del Vaticano para huir de la justicia hacia Sudamérica, Australia, Sudáfrica o Canadá. La respuesta está bien clara. Los cardenales Montini, Tisserant y Caggiano diseñaron las rutas de huida; obispos y arzobispos como Hudal, Siri y Barrere realizaron los trámites necesarios para crear documentos e identidades falsas a los asesinos; sacerdotes como Draganovic, Heinemann, Dömöter, Bucko, Petranovic y muchos otros firmaron de puño y letra las solicitudes para la concesión de pasaportes de la Cruz Roja a criminales como Josef Menguele, Erich Priebke, Adolf Eichmannn, Hans Fischböck, Ante Pavelic o Klaus Barbie.
El dinero vaticano ha financiado la dictadura argentina, la dictadura de Somoza, la dictadura de Duvalier en Haití o la dictadura salvadoreña, entre otras. Este tipo de operaciones se dan principalmente en la década de los 80, cuando sube Reagan al poder y la Santa Alianza se hace más activa con el apoyo de la CIA.
El Sodalitium Pianum -más conocido como SP- se organizó primero como una unidad de contraespionaje. Es decir, la Santa Alianza solamente actúa fuera de las murallas del Vaticano, en el extranjero, y el SP sólo lo hace dentro.
Esta organización fue fundada a principios del siglo XX como una forma de perseguir a todos aquellos curas progresistas que querían una apertura de la Iglesia. Pero descubrieron que el SP recopilaba más información de la que necesitaban y al final se terminó oficializando y convirtiéndose en el contraespionaje vaticano, que todavía sigue actuando.
El SP fue muy activo durante el Pontificado de Pablo VI descubriendo a espías del KGB dentro de la Iglesia católica del Vaticano, fueron los que se dieron cuenta de que el secretario del propio Pablo VI era un espía del KGB.
La Santa Alianza creó, después del año 1945 una organización que se llamó el "Pasillo Vaticano" -la Operación Convento- que fue una operación creada por el espionaje vaticano para ayudar a escapar a los criminales de guerra nazis hacia Sudamérica. Ahí ayudaron a escapar a Hans Fischböck, el general de las SS; a Adolf Eichmann, máximo responsable de la llamada "Solución Final", por la que se exterminarían todos los judíos de Europa; a Josef Mengele, el médico de Auschwitz...
Se creó toda una serie de compañías fantasma montadas por el Vaticano para blanquear dinero de la Mafia. Porque se blanqueó dinero del crimen organizado y del tráfico de drogas a través de sociedades financieras del Vaticano.
Paralelamente, la Santa Alianza fue muy activa durante el Pontificado de Juan Pablo II en la lucha contra la Teología de la Liberación, contra los curas centroamericanos: Leonardo Boff y los grandes sacerdotes de la Teología de la Liberación fueron muy perseguidos, con la ayuda de la CIA.
El Banco Ambrosiano
Durante mucho tiempo, el Vaticano se relacionó con su presidente, Roberto Calvi, y el Banco del Vaticano -liderado por Paul Marcinkus durante 18 años- se convirtió en el principal accionista del Banco Ambrosiano.
El banco católico, tradicionalmente utilizado por el clero para obras de caridad, pasó a ser una enorme "lavadora" de dinero. Para ello, Calvi comenzó a hacer cuantiosos préstamos a empresas fantasmas que, para tener mayor legitimidad, mantenían cuentas en el Banco Vaticano, en las que eran domiciliados los citados préstamos. Seis de estas corporaciones tenían su sede en Panamá: Astolfine S.A., United Trading Corporation, Erin S.A., Bellatrix S.A., Belrose S.A. y Starfield S.A. Había dos empresas más establecidas en sendos paraísos fiscales europeos, Maniac S.A. en Luxemburgo y Nordeurop Establishment, en Liechtenstein. El principal propósito de estas corporaciones no era otra que hacer a Calvi más rico, financiar operaciones ilícitas y blanquear dinero para la mafia.
Bellatrix, que con apenas 10 millones de dólares de capital social, obtuvo del Banco Ambrosiano 184 millones. Con este dinero, se dedicó a comprar misiles Exocet que más tarde vendería a Argentina y serían utilizados durante la guerra de las Malvinas.
Más información: Wikipedia
Operación Pez Volador
Se montó durante el pontificado de Juan Pablo II y consistió en la venta de misiles Exocet a la dictadura argentina, que se utilizaron en la Guerra de las Malvinas. La dictadura argentina pagó esos misiles a la compañía Bellatrix, con sede en Panamá. Yo conseguí el certificado firmado por Paul Marcinkus -jefe de la Banca Vaticana-, donde reconoce que el Banco Vaticano es propietario del 58% de Bellatrix. El dinero de los misiles fue utilizado posteriormente por el cardenal Luigi Poggi -que era el jefe del espionaje vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II- para financiar al Sindicato Solidaridad y a Lech Walesa.
El cardenal Luigi Poggi, a quien definían con el apodo del "espía del Papa" (Juan Pablo II) fue quien llevó a cabo una de las mayores modernizaciones de la Santa Alianza debido a sus estrechos contactos con el Mossad israelí. Gracias a Su Eminencia, el servicio secreto israelí pudo desarticular un atentado contra la primera ministra Golda Meir durante una visita a Italia.
Una de las últimas preocupaciones del espionaje vaticano es Irak porque empiezan a quemar iglesias católicas. Y es que la Santa Alianza busca defender los intereses de la Iglesia católica en el país donde realizan las operaciones: fieles, inversión, dinero, financiación al gobierno en cuestión, siempre y cuando ayude a la iglesia católica.
Los objetivos del papa Benedicto XVI son iguales a los del papa Pío V; los objetivos de la Santa Sede son iguales a los de los Estados Pontificios; los objetivos de la Entidad son iguales a los de la Santa Alianza. Yo creo que en general no han cambiado los objetivos. Lo que si ha cambiado es la geopolítica de la fe.
La Inglaterra hereje de ayer, es la China de hoy; la perdida de católicos en Alemania y Países Bajos de entonces, es el Brasil o la Filipinas de hoy; el enemigo protestante, luterano o calvinista de ayer, son hoy las sectas baptistas u otras sectas como la Cienciología.
Los enemigos de ayer son en realidad bastante parecidos a los de hoy, sólo que ahora la Entidad espía mucho, pero mata poco.
Esperemos que con el Papa Francisco la historia cambie.