"Es una manera simbólica de esconder la presencia de Dios en la celebración litúrgica, porque el contacto con Él podría ser mortal."
Levítico 16,2 -Di a tu hermano Aarón que no entre en cualquier fecha en el santuario, de la cortina hacia dentro, hasta la placa que cubre el arca. Así no morirá. Porque yo me muestro en una nube sobre la placa del arca.
Nm 7,89 Cuando Moisés entró en la tienda del encuentro para hablar con Dios, oyó la voz que le hablaba desde la placa que cubre el arca de la alianza, entre los querubines; desde allí le hablaba.
Explicación.
6,2 El santuario estaba dividido en dos partes: el espacio santo o nave y el santísimo o camarín, separados por una cortina. Al primero accedían todos y solos los sacerdotes, al segundo sólo el sumo sacerdote una vez al año, en esta ocasión (Heb 9,7). En el espacio santísimo se guardaba el arca de la alianza, donde se conservaba el documento institucional que constiuía a Israel como pueblo del Señor. Sobre el arca, a manera de cubierta, había una placa de oro, con dos querubines en los extremos (Ex 25, 17-22): era el lugar de la presencia del Señor; allí aceptaba la expiación del pueblo. La placa se llama en hebreo kapporet, de la raíz kpr = expiar, que los gruiegos tradujeron por hylasterion y los latinos por propitiatorium. Como la presencia o manifestación de Dios podía ser mortal para el hombre, el incienso creaba una nube que delataba y velaba la presencia divina, según la reflexión teológica tardía (Nm 7,89).
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