La leyenda de LA PAPISA JUANA continúa justificándose con el rito de la sdia stercoraria en la elección papal, que parece ser estuvo en vigor hasta el año 1304. Para verificar la masculinidad del electo, este debía acomodarse en una silla imperial de parto. De esta manera, antes de acomodarse en el trono de San Pedro, el papa debía hacerlo con sus vestes como lo hacía una parturienta, dejando su desnudez expuesta solo a través de un orificio de la silla. Un joven diácono metía el brazo por debajo del asiento hasta tocar los genitales del nuevo papa, entonces se levantaba y decía en voz alta: "Duos habet e bene pendentes" ("Tiene dos y cuelgan bien").
La iglesia niega que este rito se haya realizado, sin embargo, significativos cronistas del siglo XIV, como el sacerdote inglés
- Adán de Usk y el humanista italiano Jacopo d'Angelo , escribieron sobre ello.
Muchas fuentes recogen que la curiosa ceremonia con la sedia stercoraria se interrumpió en el año 1304, cuando los papas se trasladaron a Avignon, pero habría sido recuperada con su regreso a Roma. Según la historiografía continuó en vigor hasta que en 1513 Adriano VI la abolió definitivamente. Sin embargo, también se conservan ilustraciones de Inocencio X, papa entre 1644 y 1655, sentado en la sedia stercoraria.
Inocencio X (grabado de Lawrence Banka) durante la prueba de su masculinidad al ser coronado papa en 1664.
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