A este santo de origen irlandés, del que se decía que podía predecir el futuro, se le atribuye la redacción de 112 profecías correspondientes a los112 papas que sucederían a Celestino II, elegido en 1130, hasta el fin del mundo. El caso es que en esta apocalíptica cuenta atrás, el actual pontífice Benedicto XVI hace el número 111, lo que ha puesto los pelos de punta a más de un crédulo.
De San Malaquías, que nació en 1094, se dice que fue capaz de predecir el día de su propia muerte, en 1148, y, de hecho, sus versos alegóricos a los papas hasta Urbano VII, que murió en 1590, son bastante precisos.
Así, alude a sus lugares de nacimiento o incluso al origen de su familia. Pero después de esta fecha, las atribuciones son muy imprecisas. Algunos ejemplos son "fe intrépida", "hombre religioso" o "pastor angélico". Ya en el siglo XVII, el padre Claudio Francisco Menestrier dio con la explicación.
En su Refutación de las Profecías, falsamente atribuidas a San Malaquías, sobre la elección de los Papas, de 1669, lo deja claro: se trata de una falsificación de finales del siglo XVI para influir en que nombraran siguiente pontífice a Urbano VII. Para probarlo, Menestrier apunta que no hay referencias a la existencia de las Profecías entre la muerte del santo y el año de la publicación de éstas, en 1595.
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