miércoles, 21 de marzo de 2018

BULA CONTRA EL TEMPLE.

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La disolución de los templarios fue uno de los episodios más extravagantes de la historia de la Iglesia, y fue el 21 de marzo de 1312 cuando el papa Clemente V promulgó la bula Vox in Excelso ordenando la desaparición de la orden. Otras fuentes señalan el 3 de abril, pero fue hace tantos siglos que igual da semana arriba o abajo. Lo importante es que, gracias a aquella decisión, las editoriales siguen sin dar abasto a vender tanto libro repleto de misterios templarios. El patrón de los editores es San Juan Bosco, pero conste que Clemente les ha salido más rentable. 
Lo que hizo el papa Clemente fue dar legitimidad divina a los desbarres terrenales que ya llevaba cometiendo el rey francés Felipe IV desde un lustro antes. ¿Por qué tenía tal servidumbre Clemente V hacia el rey? Porque el papa había llegado a papa gracias a los tejemanejes y las intrigas de Felipe IV, y había llegado el momento de pagar los favores. Fue durante el concilio de Vienne, en Francia, cuando se promulgó la bula Vox in Excelso, que decretaba la supresión de la Orden del Temple, aunque se supone que aquel concilio llevaba otros asuntos más importantes en el orden del día, como, por ejemplo, qué demonios hacer para recuperar Tierra Santa de una vez por todas y alguna que otra reforma de la Iglesia. Pero esto sólo fue una tapadera. El verdadero objetivo del concilio era borrar del mapa a los templarios con todas las bendiciones apostólicas. 
Se habían vuelto demasiado poderosos, demasiado ricos, demasiado de todo. Los templarios eran un Estado dentro de los Estados donde vivían y otra iglesia dentro de la propia Iglesia. Había que hacerlos desaparecer. En aquel 1312, Felipe IV ya llevaba cinco años deteniendo y quemando templarios para quedarse con todas sus propiedades y riquezas, que era el fin último de la estrategia, pero él insistía en tener un documento oficial que avalara sus desmanes. Así que el rey le dijo a Clemente, mira, móntate un concilio, redáctate una bula y ya los quito de en medio con todas las de la ley. Dicho y hecho, el Temple se fue a hacer gárgaras. 
NIEVES CONCOSTRINA.

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