En actitud de reposo y envuelto en la bruma de Sichuan, provincia al sureste de China, se levanta el Buda Gigante de Leshan, el más alto del mundo construido en piedra. La efigie, de 71 metros de altura y 28 de ancho, está excavada en la cima de la montaña de Lingyun, en la confluencia de tres ríos: Minjiang, Qingyijiang y Daduhe, lo que hace que la mejor manera de verlo sea acercándose en barco. Su construcción comenzó en el año 713, durante la dinastía Tang, y se prolongó durante 90 años.
De su enorme tamaño dan cuenta algunos datos curiosos: su cabeza, de diez metros de ancho, está cubierta con un singular peinado compuesto por 1.021 moños, y en cada uno de sus pies podrían sentarse más de 100 personas. En 1996 fue declarado Patrimonio de la Humanidad, y hace poco fue sometido a una profunda restauración. La población local suele referirse a él, muy adecuadamente, con la frase "la montaña es el Buda, el Buda es la montaña".
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