De los romanos, que vestían la toga pulla negra para anunciar una pérdida.
En la Baja Edad Media, el color que expresaba el duelo era el blanco.
El negro proviene del miedo a los muertos y del deseo de ocultarse de ellos con un atuendo oscuro.
En España se usa desde el siglo XI.
Álvaro Cunqueiro describe el luto de las viudad murcianas en el siglo XVI, que tenían un año de recibo, otro de consuelo, cinco de recuerdo y dos de alivio.
En el primero recibían visita diaria de las vecinas, que se quedaban una hora en silencio ante la viuda. En el año de consuelo se hablar del tiempo o de la costura, y se permitía una copita de vino dulce. En los de recuerdo se espaciaban las visitas, y en los de aliviio se aceptaba ropa de color morado o blanca y negra.
En la época victoriana inglesa (Siglo XIX) se imponía un año de luto riguroso, durante el cual hasta las cortinas se teñían de negro, y otro de medio luto en el que se podían usar joyas sólo de azabache, pero la reina Victoria, y otros por imitación, guardaron luto toda su vida.
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