
Eva, que salió de una costilla de Adán, tampoco tuvo ombligo. Luego Dios no tiene ombligo. Sin embargo a partir de nuestros primeros padres, el resto de la humanidad ya lo tuvo.
Si Dios el Creador no tenía ombligo y es la misma entidad aunque distinta persona que el Hijo, nacido de la Virgen (con ombligo por tanto), henos aquí que en la Santísima Trinidad hay una persona con ombligo, otra sin él (Dios Padre) y una tercera nacida de un huevo (el Espíritu Santo). Dios Padre no ha nacido de nadie, podríamos decir que se crea Él mismo, lo que en términos naturales equivaldría a una partenogénesis o a una división celular, como los organismos primigenios.
La cuestión del ombligo de Adán viene preocupando a diversos comentaristas bíblicos desde muy antiguo. Quizá el ensayo más erudito sobre el tema sea el que escribió Christian Tobias Ephraim Reinhard Untersuchung der Frage: Ob uniere resten Uralter, Adam und Eve, einen Navel gehabts (1752). Más accesible al lector español moderno es el documentado ensayo de Martin Gardner ¿Tenían ombligo Adán y Eva? La falsedad de la pseudociencia al descubierto, Madrid, Debate, 2001, en el que el lector desvelado por este asunto encontrará una completa bibliografía sobre el particular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario