Al llegar el cristianismo a tierra celta, tuvo que adaptarse a las fuertes costumbres que tenían estas gentes y que ni siquiera los romanos al conquistarlos habían logrado eliminar. Estos pueblos paganos no solo celebraban banquetes y libaciones en honor a sus dioses; sino que sus dioses eran la propia tierra, la propia naturaleza y su adoración estaba ligada a ellos y a sí mismos. Celebraban el inicio de las cosechas y su fin, celebraban los solsticios, los cambios de estación, la vida y la muerte.
Muchas de esas festividades se debilitaron hasta el punto de desaparecer, pero muchas otras se readaptaron a las religiones monoteístas que estaban apareciendo. Así pues, el cristianismo adoptó las festividades importantes de estos pueblos y, por ejemplo, el solsticio de verano, Litha en el mundo celta, se convirtió en lo que hoy conocemos como Fiesta de San Juan.
La actual fiesta de Halloween -llevada a Estados Unidos por los millones de inmigrantes irlandeses durante el siglo XIX y principios del XX -es una reinterpretación de la antiquísima fiesta de Samhain. celta -el equinocio de otoño-. La conmemoración Día de los Fieles Difuntos o día de todos los santos fue instituida por el papa Bonifacio IV en el siglo VII para suplantar este festival pagano.
Originalmente, la fiesta del Samhain era la celebración del año nuevo celta. Se cree que lo festejaban durante tres días y que era su fiesta más importante. Solían encender miles de velas para conmemorar la muerte del "dios" cornudo "Cernunnos" que volvería a renacer en la fiesta de
- IMBOLC, que era la fiesta de las luces y de la purificación, donde resurgía el dios y los días se alargaban. El cristianismo nuevamente actuó y le cambió de nombre: Fiesta de la Candelaria, época en la que se sucede la purificación de la Virgen María -1 y 2 de febrero-.
Otras de las grandes fiestas paganas fue BELTANE. que indicaba la mitad del año. Se celebraba aproximadamente el 1 de mayo y estaba dedicada a la diosa madre. Curiosamente, en este mes también se celebraban multitud de fiestas relacionadas con la Virgen. En Irlanda se sigue festejando el inicio de la época calurosa, como el "portal" del verano.
Uno de los pueblos paganos de esa época fue el propio Imperio Romano, donde también se celebraba el solsticio de invierno con un significado muy similar al de los vikingos o germanos -"cuando el sol vence a las tinieblas y los días empiezan a alargarse". Sin embargo, en el año 313 el emperador Constantino I decretó la libertad de culto y el cristianismo dejó de perseguirse gracias al edicto de Milán. En el 380 el emperador Teodosio I promulgó otro edicto -el de Tesalónica-, por el que el catolicismo se convertiría en la religión única y oficial del Imperio.
Como era de esperar, el pueblo romano no se cristianizó de golpe y siguió celebrando sus festividades ancestrales, por lo que a la Iglesia no le quedó otro remedio que llevar a cabo una estrategia de absorción de las costumbres paganas dándoles un nuevo sentido cristiano. Si lo que celebraban los romanos era que el sol vencía a las tinieblas, la Iglesia le dio un nuevo significado; el nacimiento de Jesucristo era "ese" sol vencedor de las tinieblas.
¿Pero por qué el 25 de diciembre exactamente?
Algunos autores creen que es mera coincidencia y que ese día no tiene nada que ver con el paganismo; sin embargo, esta hipótesis carece de sentido cuando somos conscientes de que ninguna otra teoría histórica avala el nacimiento de Jesús como real en esa fecha. No hay evidencias que así lo confirmen.
Otros autores creen que se escogió el 25 de diciembre para hacerlo coincidir con el solsticio de invierno de los romanos paganos. Estos tenían una festividad llamada SATURNALIA, en honor a Saturno, que comenzaba el 17 de diciembre y duraba siete días. Al final de Saturnalia -el 25 de diciembre- se celebraba el NATALIS INVICTIS SOLIS. o Deus Sol Invictus, el nacimiento del sol invencible dedicado al dios Apolo.
Ese mismo 25 de diciembre se festejaba también la fiesta de
- BRUMALIA., que coincidía con el solsticio y que estaba dedicado al dios Baco. Durante esos días los romanos descansaban, no guerreaban, intercambiaban regalos e incluso los esclavos recibían prebendas como raciones extras de comida o, incluso, la liberación.
CURIOSIDADES DE LA HISTORIA CON
EL MINISTERIO DEL TIEMPO.
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