Muchos monumentos históricos, de gran belleza y legado, aún quedan fuera de nuestras vistas, ya sea porque todavía nadie los ha descubierto o porque se encuentran bajo tierra o bajo agua. Precisamente, este es el caso de una iglesia mexicana del año 1564.
El “Templo de Santiago”, también conocido como “Templo de Quechula”, fue abandonado en el siglo XVI, momento en el que comenzó su deterioro.
En un principio, el templo fue construido esperando que la zona de alrededor fuera poblada poco a poco. Pero esto nunca ocurrió y en 1773 una gran plaga acabó por dejar el lugar desierto.
Algunos siglos después se creó el embalse de Nezahualcoyotl, en Chiapas, manteniendo bajo el agua a la iglesia. Todo este tiempo el agua la ha mantenido escondida, salvo en contadas ocasiones; cuando los niveles bajan y la parte superior de su estructura se asoma sobre la superficie. En 2002 el nivel de agua bajó tanto que la gente podía caminar entre las ruinas.
Para sorpresa de todos, recientemente el templo ha vuelto a emerger. Los pescadores de la zona han aprovechado el interés despertado por este desconocido monumento y están organizado tours en sus botes. Los visitantes más aventureros se animan a trepar el templo para sacar fotografías.
“A la gente le gusta ir a celebrar. Llevan sus meriendas, pasean, hacen negocios. Yo les vendo pescado frito. También hacen procesiones hasta la iglesia”, comenta un vecino de la zona.
La naturaleza no deja de sorprendernos, a veces permitiéndonos disfrutar de muchos tesoros desconocidos. Seguro que aún quedan muchos más por descubrir.
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