"PORQUE ASÍ HA DICHO YAHVÉ: "¡AY DE MÍ, POR MI RUINA! MI HERIDA ES INCURABLE." SIN EMBARGO, DIJE: "CIERTAMENTE ÉSTA ES MI ENFERMEDAD, Y DEBO SUFRIRLA. MI TIENDA, DESTRUIDA; MIS CUERDAS, ROTAS. MIS HIJOS SE FUERON DE CASA Y NO ESTÁN. YA NO HAY NADIE QUE EXTIENDA MI MORADA, NI QUIEN LEVANTE MI TIENDA." (Jr 10,18-20).
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