Resumir aquí por qué cayó Constantinopla, la actual Estambul, es del todo imposible, así que hay que ir a lo fácil. Constantinopla cayó, primero, porque los otomanos se empeñaron en conquistada para iniciar la expansión por el Mediterráneo oriental y, segundo, porque los católicos de Roma y los ortodoxos griegos perdieron más tiempo en discutir entre ellos por ver quién mandaba más en Constantinopla que en buscar la unión contra el turco y estar ojo avizor con la que se les venía encima. También es cierto que los constantinopolitanos tenían cierta confianza en que las defensas de la ciudad funcionaran, porque lo llevaban haciendo mil y pico años. Su situación era tan estratégica que la convertía en inexpugnable.

Por tierra la defendían los famosos muros teodosianos y un poco más adentro, la muralla de Constantino; pero es que, además, unas inmensas cadenas impedían la entrada de barcos enemigos al puerto del Bósforo. ¡Ja! No contaron con la estrategia turca; una estrategia a lo bestia. Para el ataque por tierra inventaron un cañón nunca visto y que hizo papilla los muros.
Pero lo mejor fue cómo se saltaron a la torera los impedimentos para entrar al puerto. Los turcos sacaron sus barcos del agua y se los llevaron por tierra, a pulso, al otro lado de las cadenas. La suerte ya estaba echada y sólo entonces católico-romanos y greca-ortodoxos corrieron a rezar juntos a la basílica de Santa Sofía. Pero ya era tarde para unir fuerzas y confiar su destino a Dios. Aquel 29 de mayo la media luna sustituyó a la cruz en todas las iglesias de Constantinopla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario