sábado, 28 de octubre de 2017

¿QUIÉNES ERAN LAS MUSAS?


File:Frans Floris 001.jpg
 Atenea junto a las musas, de Frans Floris (c. 1560).

En la mitología griega las musas (en griego antiguo μοῦσαι mousai) eran, según los escritores más antiguos, las diosas inspiradoras de la música y, según las nociones posteriores, divinidades que presidían los diferentes tipos de poesía, así como las artes y las ciencias. Originalmente fueron consideradas ninfas inspiradoras de las fuentes, cerca de las cuales eran adoradas; y llevaron nombres diferentes en distintos lugares, hasta que la adoración tracio-beocia de las nueve Musas se extendió desde Beocia al resto de las regiones de Grecia y al final quedaría generalmente establecida.
Aunque en la mitología romana terminaron siendo identificadas con las camenas, ninfas inspiradoras de las fuentes, en realidad poco tenían que ver con ellas.


Genealogía


La genealogía de las Musas no es la misma en todas las fuentes. La noción más común es que eran hijas de Zeus, rey de los olímpicos, y Mnemósine, diosa de la memoria, y que nacieron en Pieria (Tracia), al pie del monte Olimpo, por lo que a veces se les llamaba Piérides, pero algunos autores como AlcmánMimnermo y Praxila las consideraban más primordiales, hijas de Urano y GeaPausanias explica que había dos generaciones de Musas, siendo las primeras y más antiguas hijas de Urano y Gea y las segundas de Zeus y Mnemósine.
Otras versiones afirmaban que eran hijas:

  • De [[Píerpolluna ninfa pimplea (por lo que a veces se les llama Pimpleas o Pimpleides) a la que Cicerón llama Antíope;
  • De Apolo;
  • De Zeus y Plusia;
  • De Zeus y Moneta, probablemente una simple traducción de Mnemósine o Mneme, de donde son llamadas Mnemónides;
  • De Zeus y Minerva;
  • De Éter y Gea.
Se considera a Eufeme nodriza de las Musas y al pie del monte Helicónsu estatua aparecía junto a la de Lino.

Sobre su número

Tres musas en un bajorrelieve de Mantinea atribuido al taller de Praxítelessiglo IV a. C.

Por Pausanias sabemos que originalmente se adoraba a tres Musas en el monte Helicón en Beocia: Meletea (‘meditación’), Mnemea(‘memoria’) y Aedea o Aoide (‘canto’, ‘voz’). Se decía que su culto y nombres habían sido introducidos por vez primera por Efialtes y Oto. Juntas formaban el retrato completo de las precondiciones para el arte poético en las prácticas religiosas.
También se reconocía a tres en Sición, donde una de ellas llevaba el nombre de Polimatía, y en Delfos, donde sus nombres eran idénticos a los de las tres cuerdas de la lira, es decir, NeteMese e Hípate, o CefisoApolonis y Boristenis, que eran los nombres que las caracterizaban como hijas de Apolo.
Como hijas de Zeus y Plusia se hallan menciones a cuatro Musas: Telxínoe (‘deleite del corazón’), AedeaArque (‘comienzo’) y Meletea. Algunas fuentes, en las que otra vez son consideradas hijas de Píero, mencionan siete musas: NeiloTritoneAsopoHeptaporaAcheloisTipoplo y Rhodia, y por último otras mencionan ocho, que también se dice que era el número reconocido en Atenas.

Listado de Musas

Al final terminaría consolidándose en toda Grecia el número de nueve Musas. Homero menciona unas veces a una Musa (singular) y otras a unas Musas (plural), pero sólo una vez dice que eran nueve. Sin embargo, no menciona ninguno de sus nombres. Hesíodo es el primero que da los nombres de las nueve, que a partir de entonces pasaron a ser reconocidos. Plutarco afirma que en algunos lugares las nueve eran llamadas por el nombre común de Mneiae, ‘recuerdos’.
Las nueve musas canónicas: (de izquierda a derecha) Clío, Talía, Erato, Euterpe, Polimnia, Calíope, Terpsícore, Urania y Melpómene. Dibujo de un sarcófago en el Museo del Louvre.
Las nueve musas canónicas son:
  • Calíope (Καλλιόπη, ‘la de la bella voz’); musa de la elocuencia y poesía épica (canción narrativa).
  • Clío (Κλειώ, ‘la que ofrece gloria’); musa de la Historia (epopeya).
  • Erato (Ἐρατώ, ‘la amorosa’); musa de la poesía lírica-amorosa (canción amatoria).
  • Euterpe (Ευτέρπη, ‘la muy placentera’); musa de la música, especialmente del arte de tocar la flauta.
  • Melpómene (Μελπομένη, ‘la melodiosa’); musa de la tragedia.
  • Polimnia (Πολυμνία, ‘la muchos himnos’); musa de los cantos sagrados y la poesía sacra (himnos).
  • Talía (Θάλεια o Θαλία, ‘la festiva’); musa de la comedia y de la poesía bucólica.
  • Terpsícore (Τερψιχόρη, ‘la que deleita en la danza’); musa de la danza y poesía coral.
  • Urania (Ουρανία, ‘la celestial’). musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas.

A pesar de la extendida creencia, no había correlación entre las artes clásicas (que por otra parte eran seis) y las Musas, siendo tal asociación una innovación posterior.
Durante la Edad Media, la representación de las musas se redujo a siete, asociándolas con las llamadas artes liberales.

Representaciones artísticas


En las obras de arte más antiguas se encuentran sólo tres Musas y sus atributos son instrumentos musicales, tales como la flauta, la lira o el barbitos.
En el arte romanorenacentista y neoclásico, cada una de las nueve Musas recibían al ser representadas en esculturas o pinturas atributos y actitudes diferentes, en función de la disciplina artística o científica con la que eran asociadas, lo que permitía distinguirlas:

En algunas representaciones las Musas aparecen con plumas sobre sus cabezas, aludiendo a la competición con las Sirenas. También aparecían en ocasiones acompañadas de Apolo.

Mitos


Las Musas con Apolo Musageta, por Baldassarre Peruzzi.

En los poemas homéricos se considera a las Musas diosas de la música y la poesía que viven en el Olimpo. Allí cantan alegres canciones en las comidas de los dioses, y en el funeral de Patroclo cantaron lamentos. De la estrecha relación existente en Grecia entre la música, la poesía y la danza puede también inferirse que una de las ocupaciones de las Musas era el baile. Como se las adoraba en el monte Helicón eran naturalmente asociadas con Dioniso y la poesía dramática, y por esto eran descritas como sus acompañantes, compañeras de juego o niñeras.
El poder que se les atribuye con más frecuencia es el de traer a la mente del poeta mortal los sucesos que ha de relatar, así como otorgarle el don del canto y darle elegancia a lo que recita. No hay razón para dudar de que los poetas más antiguos eran sinceros en su invocación a las Musas y que realmente se creían inspirados por ellas, pero en épocas posteriores, al igual que en la actualidad, tal invocación es una mera imitación. (Véase «Funciones en la literatura» más adelante.)
Al ser diosas del canto, están naturalmente relacionadas con Apolo, el dios de la lira, quien también instruía a los bardos y era mencionado junto a ellas incluso por Homero. En épocas posteriores Apolo es situado en muy estrecha relación con ellas, pues se le describe como jefe del coro de las Musas con el epíteto Musageta (Μουσαγέτης).
Otra característica más de las Musas es su poder profético, que les pertenece en parte porque eran consideradas como ninfas inspiradoras y en parte por su relación con Apolo, el dios profético de Delfos. De ahí que instruyeran, por ejemplo, a Aristeo en el arte de la profecía.
Como los poetas y los bardos obtenían su poder de las Musas, y aunque la idea más general es que, como las demás ninfas, eran divinidades virginales, algunos eran con frecuencia llamados sus discípulos o hijos:

  • Lino es llamado hijo de Anfímaro y Urania, o de Apolo y Calíope, o de Terpsícore;
  • Jacinto, hijo de Píero y Clío;
  • Orfeo, de Calíope o Clío;
  • Tamiris, de Erato.
Aunque las musas no tienen ciclo legendario propio, sí se les atribuyen algunos mitos menores:
  • Marsias era un pastor frigio (en otras versiones, un sátiro) que desafió a Apolo a un concurso de música. Había encontrado un aulos inventado por Atenea que ésta había tirado porque le hacía hinchar sus mejillas. Apolo tocó su lira y Marsias esta flauta, y ambos lo hicieron tan bien que ni Midas, al que habían invitado como juez, ni las Musas pudieron decretar un vencedor. Entonces Apolo retó a Marsias a tocar el instrumento del revés: él giró su lira y tocó, pero el aulos no podía tocarse del revés. Entonces las Musas declararon vencedor a Apolo, pero Midas objetó contra este veredicto. Las Musas estaban en mayoría y se negaron a ceder. Apolo, para castigar a Marsias por su soberbia y audacia al retar a un dios, le ató a un árbol y lo desolló vivo, dando su sangre origen al río Marsias (en otras versiones, los faunos, los sátiros y las dríades le lloraron tanto que fueron sus lágrimas las que engendraron el río). Seguidamente tocó la cabeza de Midas, y las orejas de éste crecieron hasta ser como las de un burro.
  • Las Piérides eran nueve doncellas hijas del rey Píero de Pieria, en Tracia, muy hábiles en el arte del canto que, orgullosas de su talento, desafiaron a las Musas. Las ninfasdel Parnaso fueron nombradas como jueces, y como era de esperar fallaron a favor de las Musas. Éstas castigaron a las Piérides transformándolas en urracas, tornando así sus voces en graznidos.
  • Tras ser asesinado por Dioniso, las Musas recogieron los trozos del cadáver de Orfeo, hijo de Calíope, y los enterraron al pie del sagrado monte Olimpo, donde se dice desde entonces que los ruiseñores cantan con más dulzura que en ningún otro lugar.
  • Tamiris, legendario cantor hijo de Filamón y la ninfa Argíope, desafió a las Musas, exigiendo de salir vencedor unirse sucesivamente con las nueve. Las Musas vencieron, y cegaron a Tamiris por su hibris.
  • Las Sirenas, que igualmente se atrevieron a competir con ellas, fueron privadas de las plumas de sus alas, que las propias Musas se pusieron como adorno.

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