Durante la toma de los Santos Lugares y dentro de las denominadas Cruzadas tendríamos que destacar un ejército integrado por unos setenta mil niños procedentes de Francia y de Alemania. Los franceses (unos treinta mil) estaban dirigidos por un joven llamado Stephan. Los alemanes estaban al mando de un niño llamado Nicolás.
La posible razón por la que se permitió que chicos tan jóvenes marcharan a Tierra Santa es que existia la creencia de que al tratarse de un ejército de inocentes estarían ayudados por Dios, que se encargaría de protegerlos hasta el final de su viaje.
Los jóvenes franceses tenían pensado llegar hasta el puerto de Marsella y allí embarcarse rumbo a Tierra Santa, pero fueron engañados por los adultos que los acompañaban y embarcados con destino a los puertos de África del Norte, donde fueron vendidos como esclavos. Los alemanes no tuvieron mejor suerte. La inmensa mayoría pereció en el penoso viaje fundamentalmente de hambre y frío y los que sobrevivieron aunque llegaron al destino fueron asesinados antes de llegar a los Santos Lugares.
Aún hoy se piensa que esta historia tiene más de ficción que de realidad aunque en todos los libros de historia se ha reflejado este acontecimiento como "La Cruzada de los niños".
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