Este insólito grupo se formó en torno a 1580 y estaba integrado por médicos, espagíricos, alquimistas, cabalistas, astrólogos, naturalistas..., humanistas muy de la época, a los que Felipe II, estando ya muy enfermo, reunió para encontrar en ellos consejos y apoyo.
Debido a su débil estado de salud y quizá intentando conseguir su recuperación, tomaron protagonismo dentro del círculo los mezcladores, encargados de fabricar todo tipo de pócimas con las que sanar al rey. Los ingredientes que supuestamente se utilizaban eran de lo más variopinto: desde los cuernos de unicornio o pezuñas de bestias hasta un gran número de piedras preciosas. Todo era seleccionado para fabricar brebajes, bálsamos y ungüentos con los que curar al monarca.
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