JUAN ESLAVA GALÁN.
Un caso interesante de posible falsificación es el de las planchas de oro del llamado "EL LIBRO DEL MORMÓN". Y decimos posible porque estas planchas no se pueden analizar. Ni siquiera sabemos si realmente existieron. Para los seguidores de la IGLESIA DE JESUCRISTO DE LOS SANTOS DE LOS ÚLTIMOS..., los llamados "MORMONES.", las planchas existieron y su profeta JOSÉ SMITH. las examinó y tradujo por especial concesión divina. Para otros, todo el asunto no pasa de ser una falsificación decimonónica que hoy sigue embaucando a algunos miles de ilusos.
La historia es compleja: José Smith, un norteamericano nacido en 1805, vivió en sus años de juventud las polémicas religiosas suscitadas entre las distintas sectas METODISTAS.PRESBITERIANOS. y BAUTISTAS. de Estados Unidos.
Consumido por la duda, el joven José Smith no sabía por cuál de estas sectas decidirse. En esta zozobra se debatía cuando, en 1823, se le apareció un enviado del Señor llamado MORONI. que le reveló el escondite de un libro sagrado escrito por el profeta Mormón. Este libro recogía "la historia sagrada de las Américas y cómo Dios los guió desde la Tierra Santa". Para traducir el libro, José Smith encontraría, en el mismo escondrijo, "dos piedras, engastadas en aros de plata, el URIM Y TUMIM. ,que en los días antiguos otorgaron videncia a los profetas y hoy ayudarían a la traducción del libro".
En efecto, José Smith encontró el libro donde el ángel le indicara, es decir, en una colina cercana a Manchester, Ontario , Estado de Nueva York. El libro y el utilísimo artilugio traductor estaban ocultos dentro de una soterrada cista de piedra.
Ocho testigos examinaron las planchas doradas y firmaron un documento en el que podemos leer: "Hemos palpado con nuestras manos cuantas hojas el referido José Smith ha traducido; y también vimos los grabados que contenían, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y de hechura exquisita."
Según la historia oficial de los mormones, un colaborador de José Smith sometió al examen de un entendido una copia de los textos de las planchas así como su traducción: "El profesor Anthon manifestó que la traducción era correcta y más exacta que cualquier otra que hasta entonces hubiera visto del idioma egipcio. Luego le enseñe los que aún no estaban traducidos y me dijo que eran egipcios, caldeos, asirios y árabes, y que eran caracteres auténticos."
Desafortunadamente, el divino mensajero recuperó las planchas en cuanto José Smith las tradujo y hurtó con ello a la ciencia la posibilidad de examinar un documento verdaderamente celestial. Queda al arbitrio de cada cual la cuestión de si eran falsas o no. Desde nuestra perspectiva católica eran falsas o jamás existieron, por supuesto, pero desde la mormona eran verdaderas. Esto de las creencias religiosas es lo que tiene, que como tratan materias inverificables sólo se mantienen con actos de fe. Los agnósticos, por ejemplo, no creen que la Biblia contenga Revelación alguna y hasta rechazan algo tan evidente y paranormal como la transubstanciación, cuando el pan y el vino se transforman en carne y sangre de un predicador al que crucificaron hace dos mil años.
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