Los castillos medievales españoles están llenos de fantasmas y de sus historias. Uno de ellos se encuentra en el castillo de Almodóvar y su nombre es Zayda.
Este fantasma se aparece cada 28 de marzo en las torres y muros del castillo esperando, en vano, a su difunto amado. La historia de Zayda, la Encantá, se remonta al siglo XI, con los reinos de taifas en la Península y la Reconquista avanzando. Es en ese momento cuando el príncipe de la taifa de Sevilla, Abu Nasr al Fath al-Mamun, envía a su esposa Zayda y a sus hijos al castillo de Almodóvar. El príncipe murió en el asalto almorávide y Zayda, que fue hecha prisionera, murió de pena y de dolor.
Está constatada la existencia de Zayda y su príncipe, pero no de lo que realmente ocurrió en el ataque almorávide; además, la historiografía tiende a identificarla con la cuarta esposa del rey Alfonso VI, llamada también Zayda y que le dio un heredero a Alfonso VI, el príncipe Sancho.
Se la cambió el nombre por el de Isabel, y fue enterrada en el monasterio de San Benito de Sahagún, aunque en el panteón de los reyes de san Isidro de León hay una inscripción en donde se puede leer: <<Reina señora Isabel, esposa del rey Alfonso, hija de Benauet, rey de Sevilla, que primero fue llamada Zayda>>
En San Martín de Valdeiglesias tenemos otro castillo con fantasmas, el de Coracera, construido por don Álvaro de Luna, valido del rey Juan II, padre de Enrique IV, en 1434.
Sin embargo, y a pesar del poder que tuvo este valido, no terminó muy bien pues fue acusado de brujería y sería decapitado en Valladolid.
Cerca del castillo, junto a los toros de piedra de los vacceos, Isabel de Castilla pactó con su hermano Enrique con el objetivo de llevarla al trono de Castilla -y después de la Península entera-.
Tras varios avatares históricos, el castillo acaba en manos de Juan de Ganza, que lo compra en 1978, un personaje bastante déspota, y al que le gustaba disparar desde la torre del homenaje contra la campana de la iglesia, además de asustar al pueblo con los rugidos de un león que retenía en el pasillo y que incluso sacaba a pasear. Como era de esperar, Juan no terminó muy bien, pues fue encontrado muerto en su habitación cerrada con llave por un disparo en la cara.
Otra historia de fantasmas y de amores imposibles la encontramos en la localidad segoviana de Pedraza, donde es conocida la historia de amor y de venganza que ocurrió en el siglo XIII, en la que dos enamorados, Elvira y Roberto, fueron asesinados por los celos del señor del castillo, prendado de Elvira.
Este la hizo su esposa y el joven Roberto, viendo que no tenía ninguna posibilidad, se fue a un monasterio. Pasó el tiempo y Roberto llegó a ser capellán del mismo castillo, donde se volvería a encontrar con su amada, en ese momento sola, pues el señor del castillo se había ido a la guerra. Y pasó lo que era de esperar, que el amor entre ambos resurgió y el señor del castillo se enteró. Para darles un buen escarmiento decidió celebrar una fiesta en donde obsequió al capellán Roberto con una corona de acero, con grandes púas en la parte baja y al rojo vivo, lo que le causó una muerte muy trágica. Elvira huyó, y fue encontrada en sus aposentos con un puñal clavado en el pecho. Desde entonces, algunas noches se pueden ver dos figuras andando de la mano por los pasillos del castillo.
CURIOSIDADES DE LA HISTORIA
CON EL MINISTERIO DEL TIEMPO.
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