En la época medieval la "intimidad" no existía.
Las casas carecían de espacios diferenciados, por lo que ni el dormitorio era un lugar privado. Solían dormir desnudos para airarse de los piojos y las pulgas que tanto les molestaban durante el día y, para ahorrar espacio y aumentar la temperatura, todos los habitantes de la casa se echaban en la misma cama.
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