domingo, 30 de septiembre de 2018

LA BATALLA DE COVADONGA: VISTA POR LOS UNOS... Y VISTA POR LOS OTROS.




La batalla de Covadonga marca, para los historiadores cristianos, el inicio de la Reconquista, la lucha que se prolongaría por espacio de casi 800 años, por recuperar a los árabes el terreno perdido. 

Aquella lejana batalla está envuelta en el misterio histórico y parece que tuvo origen más en una afrenta personal que quería vengar el héroe Don Pelayo que en la idea de comenzar a rehacer la unidad del suelo hispano. 

Don Pelayo había sido miembro de la guardia real durante los reinados de Witiza y Rodrigo. Ante el avance musulmán se refugió en las abruptas montañas de Asturias y allí parece que el gobernador árabe de Gijón raptó a la hermana de Don Pelayo y se la llevó a su harén. Ante este hecho Pelayo decidió levantar estandarte de guerra contra los moros y en la primavera de 718 convocó una asamblea a la que acudieron algunos visigodos, refugiados como él y astures que decidieron nombrarle caudillo de la rebelión. 

Durante los cuatro años siguientes, Pelayo continuó haciendo proselitismo de su causa y se dedicó a hostigar las fronteras árabes, robando y matando, actuando más como un bandido que como un guerrero revolucionario. El emir cordobés harto de recibir quejas sobre aquel "asno salvaje" mandó a uno de los mejores generales bereberes, Alqama, al que acompañaba el obispo traidor don Oppas, con un número de soldados que oscilaban desde los 60.000 hasta los 187.000, pero estas cifras son a todas luces exageradas. 

Este don Oppas era hijo de Witiza y obispo de Toledo, pero combatía con los sarracenos. 

Olvidándose de su cargo y religión prefirió ponerse aliado de los vencedores y arengar a Pelayo acerca de la conveniencia de pactar con ellos y de no oponerse a los árabes. Las palabras de Oppas no hicieron mella en el orgullo herido de Pelayo, que se decidió al combate, pero no en campo abierto porque sus fuerzas eran muy inferiores a las enemigas. 

Emboscadas los cristianos entre peñas y espacios boscosos pudieron atacar a las tropas árabes, que empezaron a recibir, desde lo alto, una lluvia de piedras y saetas. La estrechez del terreno sólo permitía avanzar a la vanguardia musulmana y, en un momento dado, los cristianos, desorganizados, sin orden ni concierto, atacaron a la columna enemiga, logrando dividirla. 

Alqama murió en la batalla, que más que una batalla fue una refriega, y don Oppas cayó prisionero lo que, sin duda, debió llevar aparejeado su muerte. La retaguardia del ejército árabe retrocedió hacia Cangas y en la huida recibieron el castigo de los que no habían intervenido en la batalla, causándoles muchas bajas. No tuvieron más remedio que proseguir la marcha a través de los abruptos Picos de Europa. Desconocían el terreno y les acuciaba la necesidad de llegar a territorio amigo y para colmo de males, cerca del río Deva, sufrieron un gran desprendimiento de tierras. 

El gobernador Munuza, aquel que había raptado a la hermana de Pelayo, intentó huir hacia la meseta, pero se cree que engañado por los guías astures, vino a dar con el ejército cristiano que acabó con él. La injuria quedó vengada y Pelayo consolidado como líder de las Asturias. Continuó con su técnica de robar y matar y logró reunir una mesnada de gentes aguerridas, a medio camino entre la guerra y el bandolerismo. No se sabe con certeza cuándo se proclamó rey, pero sí que murió el año 737. 

Ni Pelayo ni los que combatieron con él supieron nunca que esa batalla, la de Covadonga, que en muchas ocasiones se ha llegado a cuestionar si realmente existió, iba a tener una importancia tan grande para la historiografía posterior. Desde luego sí llegó a producirse puesto que las crónicas árabes la recogen, ipero de modo bien distinto a como lo hacen los decires cristianos! 

Según Al Maqqari, Pelayo, que estuvo de rehén en Córdoba, huyó de esta ciudad y reunió junto a él a fugitivos cristianos de provenían de toda España. Sublevó a estos cristianos y atacó en una emboscada sin importancia. Los islámicos habían reducido a los cristianos a los extremos del Norte del país, conquistaron Pamplona y no les habrían dejado más espacio que 

la roca donde se refugió Pelayo, con algunos hombres y cierto número de mujeres. La crónica de Al Maqqari es cierta en todos estos puntos y también parece reflejar la apreciación real de Covadonga por parte musulmana que resume así el descalabro sufrido: "Treinta asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?". 

I Queda bastante claro que cada uno "cuenta la feria según le va en ella"!

sábado, 29 de septiembre de 2018

LA EXTRAÑA MUERTE DE JUAN PABLO I.



 

Fue hace 25 años. El papa Juan Pablo I apareció muerto en su cama. Llevaba sólo 33 días de pontificado. Según el comunicado oficial, murió de un infarto agudo de miocardio. Sin embargo, la forma en que se encuentra el cadáver no responde al cuadro típico del infarto: no ha habido lucha con la muerte, tiene unas hojas de papel en las manos, como si aún leyera. 


Aunque oficialmente se negó, un benedictino que trabajaba en la Secretaría de Estado dio a conocer a un amigo, el mismo día de la muerte, que hubo autopsia. Por ella se supo que murió por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador, que en la tarde anterior habría recetado por teléfono su médico personal de Venecia.

En realidad, nunca me creí (y así lo manifesté) que el Dr. Da Ros, médico personal del papa Luciani, hubiera recetado una medicina contraindicada. Pero sólo él podía desmentir algo que tan directamente le afectaba. Pues bien, en 1993, tras quince años de silencio, el Dr. Da Ros declaró que Juan Pablo I estaba bien de salud y que aquella tarde no le recetó nada.

Por tanto, un diagnóstico sin fundamento, una autopsia secreta, un medicamento que mata al papa y que no ha recetado su médico personal... Sigamos.

El 14 de mayo de 1989 la llamada persona de Roma (para nosotros el cardenal Pironio) envía un informe a Camilo Bassotto, amigo personal del papa Luciani y testigo principal de la fuente veneciana. El informe va firmado, pero debe publicarse sin firma: el puesto que ocupa el misterioso comunicante no le permite otra cosa.  Según dicho informe, Juan Pablo I tenía un programa de cambios y había tomado decisiones importantes, incluso arriesgadas: terminar con los negocios vaticanos, cortar la relación del Banco Vaticano con el Banco Ambrosiano, destituir al presidente del Banco Vaticano (Marcinkus), hacer frente a la masonería y a la mafia.

Todo esto se ha intentado ocultar. Sin embargo, tiene clara relevancia judicial. Desde la primera investigación (Yallop, 1984) las mayores sospechas recaen en la desaparecida logia Propaganda Dos, aunque hubiera colaboración interna dentro del Vaticano. El Banco Vaticano tuvo que pagar por la responsabilidad contraída en la quiebra del Ambrosiano más 240 millones de dólares. En el juicio por la quiebra, que concluye en 1992, las mayores condenas caen sobre los jefes de la logia P2: 18’5 años de cárcel para Licio Gelli y 19 para Umberto Ortollani. Sorprende la serie de asesinatos y atentados violentos relacionados de una u otra forma con la P2, con la mafia, con el Ambrosiano, con el Banco Vaticano: Ambrosoli, Alessandrini, Calvi, Sindona, Pecorelli..., sin olvidar el atentado contra Juan Pablo II, la desaparición de Emanuela Orlandi (hija de un empleado vaticano) y el triple crimen de la Guardia Suiza.

 Don Germano Pattaro, sacerdote veneciano que Juan Pablo I llevó a Roma como consejero, dejó en su momento a Camilo Bassotto un testimonio fundamental sobre el papa Luciani, cuya figura ha sido injustamente distorsionada: “estaba en el camino de la profecía”. Esto no significa adivinar el futuro, sino hablar y actuar en nombre de Dios. Además, don Germano atestigua algo realmente sorprendente, que también tiene relevancia judicial: Juan Pablo I sabía a los pocos días de pontificado quién iba a ser (y, además pronto) su sucesor.


Comunicado oficial 


Casi tres horas después del hallazgo del cadáver, el Vaticano dio el siguiente comunicado oficial: "Esta mañana, 29 de septiembre de 1978, hacia las cinco y media, el secretario particular del Papa, no habiendo encontrado al Santo Padre en la capilla, como de costumbre, le ha buscado en su  habitación y le ha encontrado muerto en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera. El médico, Dr. Renato Buzzonetti, que acudió inmediatamente, ha constatado su muerte, acaecida probablemente hacia las 23 horas del día anterior a causa de un infarto agudo de miocardio".

Realmente, pocas cosas quedan en pie de las afirmadas en dicho comunicado. Sólo una: se le encontró muerto en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera. No fue el secretario, sino una religiosa quien encontró muerto a Juan Pablo I. La forma en que se encuentra el cadáver no encaja con el cuadro típico del infarto: todo está en orden, no ha habido lucha con la muerte. La hora de la muerte ha sido anticipada. Según diversas fuentes, el papa murió en la madrugada del día 29.

De forma tajante, el cardenal Oddi, que asistió al cardenal Villot durante el periodo de sede vacante, afirmó que no habría investigación alguna: "He sabido con certeza que el Sagrado Colegio cardenalicio no tomará  mínimamente en examen la eventualidad de una investigación y no aceptar  el menor control por parte de nadie y, es más, ni siquiera se tratará  de la cuestión en el colegio de cardenales”.

Hallazgo del cadáver


Camilo Bassotto, testigo principal de la fuente veneciana, me dio esta versión del hallazgo del cadáver, la versión que le dio la religiosa que lo descubrió:

 "Hablé en dos ocasiones con sor Vincenza. La primera, con la provincial delante. La segunda, a solas. En esta ocasión, sor Vincenza se echó a llorar desconsoladamente. Yo no sabía qué hacer. Sor Vincenza me dijo que la Secretaría de Estado le había intimidado a no decir nada, pero que el mundo debía conocer la verdad. Ella se consideraba liberada de tal imposición en el momento de su muerte (ya acaecida, en 1983). Entonces podría darse a conocer. Según sor Vincenza, el Papa estaba sentado en la cama, con las gafas puestas y unas hojas de papel en las manos. Tenía la cabeza ladeada hacia la derecha y una pierna estirada sobre la cama. Iniciaba una leve sonrisa. La frente la tenía tibia. Cuando Diego Lorenzi, sor Vincenza y otra religiosa fueron a lavar el cadáver, al volverle, tenía la espalda también tibia. El Papa pudo morir entre la una y las dos de la mañana".

 Diego Lorenzi, secretario de Juan Pablo I, vio así el cadáver: "Tenía dos o tres almohadones a la espalda. La luz de la cama estaba encendida. No parecía que estuviera muerto. Y las hojas de papel estaban completamente derechas. No habían resbalado de sus manos ni habían caído en el suelo. Yo mismo cogí las hojas de su mano".

El Dr. Francis Roe, que fue jefe de cirugía vascular en el Hospital London de Connecticut, dice que hay algo verdaderamente sospechoso en la forma en que se encuentra el cadáver de Juan Pablo I:

"Los cuerpos muertos no están sentados sonriendo y leyendo. Conozco gente que muere durante el sueño, pero no conozco de nadie ni he visto morir a nadie en medio de una actividad como la lectura. Realmente, encuentro difícil creer que estuviera leyendo en el momento justo anterior a su muerte. Pienso que habría tenido tiempo suficiente para notar que algo estaba pasando. Habría sentido seguramente un dolor, y habría hecho algún esfuerzo para respirar, o para salir de la cama y pedir auxilio... He visto muchas muertes de esta clase, pero nunca he conocido a nadie que muriese sin inmutarse ante lo que le estaba pasando”.  

Por su parte, el Dr. R. Cabrera, forense del Instituto Nacional de Toxicología, afirma lo siguiente: "La forma en que se encuentra el cadáver no responde de suyo al cuadro propio del infarto de miocardio: no ha habido lucha con la muerte. No existe otra sintomatología que lo delate... El cuadro encontrado podría responder mejor a una muerte provocada por sustancia depresora y acaecida en profundo sueño".

Juan Pablo I estaba bien

En agosto de 1993, me llamó Andrea Tornielli , de la revista 30 Giorni, de Comunión y Liberación. Estaban preparando un número dedicado a Juan Pablo I . Entre otras cosas,  me preguntó sobre la salud de Luciani .

Juan Pablo I, respondí,  estaba bien de salud. Su muerte fue totalmente inesperada. Cuando su secretario Diego Lorenzi  le comunicó la noticia, su médico personal no se lo podía creer. El Dr. Da Ros  “le había visitado el domingo anterior y le había encontrado con muy buena salud”.

El propio Lorenzi  dio este testimonio sobre la salud de Luciani: “Puedo decir que en los 26 meses que yo he estado con él, Luciani no ha pasado nunca 24 horas en cama, no ha pasado nunca una mañana o una tarde en cama, no ha tenido nunca un dolor de cabeza o una fiebre que le obligase a guardar cama, nunca. Gozaba de una buena salud; ningún problema de dieta, comía de todo cuanto le ponían delante, no conocía problemas de diabetes o de colesterol; tenía sólo la tensión un poco baja”.

Tornielli me preguntó también sobre los hechos que se desarrollaron aquella tarde en el Vaticano. Le comenté el testimonio de Gennari , que fue profesor del Seminario Diocesano de Roma. Según Gennari, a Juan Pablo I “ se le hizo la autopsia” y “por ella se supo que había muerto por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador recetado por teléfono por su ex médico personal de Venecia”.

En mi opinión, le dije, es muy posible que a Juan Pablo I s e le hiciera la autopsia. Ello concuerda con lo que dice Lorenzi  a Cornwell : “El primer día retiraron partes del cuerpo, posiblemente las vísceras, etc”. Obviamente, esto se podría confirmar por la apertura de archivos secretos o por la exhumación del cadáver. Es también posible que muriera por la ingestión de un vasodilatador. Es una medicina contraindicada para quien tiene la tensión baja. Ello encajaría con la forma en que se halla el cadáver: no ha habido lucha con la muerte, como corresponde a una muerte provocada por sustancia depresora y acaecida en profundo sueño.

Sin embargo, le dije también, no me puedo creer que el Dr. Da Ros , médico personal del papa Luciani , recetara por teléfono una medicina contraindicada: él podría desmentir algo que tan directamente le afecta.

Unos días después, me volvió a llamar Tornielli . Estaba especialmente interesado en la cuestión de si el Dr. Da Ros  había visitado a Juan Pablo I u nos días antes de morir. Le dije que diversas fuentes coincidían en ello, aunque -claro- nadie mejor que el propio doctor para precisar estos extremos. Pero llevaba quince años de silencio...

Al final, salió el número de 30 Giorni. Apenas se publicó nada de la entrevista que se me hizo. Sin embargo, el número presenta una aportación fundamental. El Dr. Da Ros  rompe su silencio para decir, entre otras cosas, que el papa estaba bien y que aquella tarde no le recetó absolutamente nada:  “Todo era normal. Sor Vincenza no me habló de problemas particulares. Me dijo que el papa había pasado la jornada como acostumbraba. Luego nos pusimos de acuerdo para la próxima visita, que era para el miércoles siguiente”, “a quella tarde yo no le prescribí absolutamente nada, cinco días antes lo había visto y para mí estaba bien. Mi llamada fue rutinaria, nadie me llamó a mí”.

Comentando estas cosas, me dijo Camilo Bassotto: “Juan Pablo I pensaba seguir con el Dr. Da Ros  como médico personal y pensaba incluirle en nómina dentro del Vaticano”, “el Dr. Da Ros fue ignorado como médico personal de Juan Pablo I por los médicos del Vaticano”, “ni siquiera quisieron conocer su historial clínico”.

Por tanto, con este extraño modo de proceder, se emitió el diagnóstico oficial sobre la muerte del papa Luciani .

Una dosis letal

En  junio de 1998, en Roma, pude hablar con Giovanni Gennari , que ahora es periodista en el servicio de prensa de la RAI, la televisión italiana. Gennari conocía personalmente a Luciani  y era amigo de don Germano Pattaro , teólogo veneciano que Juan Pablo I s e llevó a Roma como consejero.

Gennari  me confirmó lo publicado por él, o sea, que se le hizo la autopsia al papa Luciani  y que “por ella se supo que había muerto por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador recetado por teléfono por su ex médico personal de Venecia”, que “el papa a las diez y media de la noche hizo abrir la farmacia vaticana”, que “el papa debió equivocarse y tomó una dosis altísima que le provocó un infarto fulminante”. Le pregunté que si su fuente era fiable. Me dijo: “Para mí es totalmente fiable. Me llamó a las siete de la mañana un benedictino que trabajaba en la secretaría de Estado con Benelli ”. Benelli fue Sustituto de la Secretaría de Estado antes de ser enviado a Florencia como arzobispo y ser nombrado cardenal, en junio de 1977.

Nunca he creído, le dije a Gennari , que el médico personal de Juan Pablo I,  el Dr. Da Ros , le recetara una medicina contraindicada. Le dije también que el Dr. Da Ros se había manifestado al respecto en septiembre del 93: el papa estaba bien y aquella tarde él no recetó nada.
Comenté estas cosas con Marco Melega, conocido profesional de la televisión italiana, que preparaba por entonces un programa de la RAI 2 (Mixer, 14-3-1994) sobre Juan Pablo I. Utilizó como base mi libro Se pedirá cuenta (1990). Lo tenía totalmente subrayado. Me dijo que Gennari, a quien había entrevistado recientemente, valoraba especialmente mi libro. En él, como es sabido, no comparto la idea de que “el papa debió equivocarse”, hablo de muerte provocada en el momento oportuno.

En Roma pude hablar también, en la Farmacia Vaticana, con un hermano de San Juan de Dios, José Luis Martinez Gil. Me dijo lo siguiente : “De la Farmacia no salió nada en todo el mes para Juan Pablo I”,  “el libro de la Farmacia no se puede ver, sin un permiso especial de la Secretaría de Estado”. Mi interlocutor lo había visto.

Como en otros viajes, me acompañó un matrimonio de la comunidad, Carlos y Carolina. Para que lo conocieran, nos acercamos al Colegio Español, donde residí del 65 al 69 y donde fui ordenado sacerdote. Saludamos al actual rector, Lope Rubio , que nos atendió amablemente. Estando allí nosotros (ciertamente, llama la atención) apareció un momento para despedirse del rector el actual obispo de Tarazona, Carmelo Borobia. El obispo  (¡además!) aparece en el Anuario Pontificio (1977, 1978), que consultamos a continuación en la Biblioteca del Colegio. Borobia trabajaba entonces en la Secretaría de Estado. En la misma página aparece un benedictino (olivetano), el único benedictino que figura dentro del personal de la Secretaría de Estado: se llama Giuliano  Palmerini . No sé si  después de tantos años, alguno de los dos tendrá algo que decir. Aún están a tiempo.

Con todo ello, se refuerza la hipótesis de que efectivamente se le hiciera la autopsia a Juan Pablo I y  de que, según la misma, muriera por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador. Ahora bien, si - como creemos - su médico personal no recetó nada aquella tarde y la farmacia vaticana no despachó nada, no se puede explicar todo por un error, como afirma Gennari . Hay que pensar en una acción criminal. Lo dijo el Dr. Cabrera , del Instituto Nacional de Toxicología: “Los vasodilatadores producen hipotensión. ¿Cómo se le pudo dar un vasodilatador a un hipotenso, como Luciani . Si se le dio un vasodilatador, no me cabe duda, eso es una acción criminal”. Además, ello encaja con la forma en que se encuentra el cadáver: no ha habido lucha con la muerte, todo está en orden. 

La revista alemana Der Spiegel, con fecha 10 de noviembre de 1997, en un artículo que lleva por título “Cantidad letal” hace referencia a un misterioso testigo que finalmente ha decidido declarar sobre el asesinato del papa Luciani: “La fiscalía de Roma ha ordenado ahora una nueva investigación sobre aquel misterioso caso de muerte. No es la primera vez que los fiscales investigan sobre el caso del papa Luciani. Ahora un testigo misterioso sostiene que hace años llegó a saber por un conocido detalles que se refieren al homicidio del popular pastor de la Iglesia. Que el hombre sólo ahora se haya hecho vivo en los palacios de justicia probablemente tiene que ver con una serie de artículos aparecidos en el periódico La Padania... El fiscal Pietro Saviotti, que ha reabierto el caso de la muerte del papa en 1978, no quiere decir nada sobre las declaraciones del misterioso testigo: Sería demasiado pronto”.

Había tomado decisiones importantes


Un testimonio fundamental es dado once años después de los hechos por la llamada persona de Roma, que, con fecha de 14 de mayo del 89, fiesta de Pentecostés, y firmada a mano, envía a Camilo Bassotto una carta con unos apuntes. Entre otras cosas, dice: “Los apuntes que le adjunto son para usted. Había pensado tenerlos para mí. Me vino también la idea de publicarlos, pero el puesto que ocupo no me lo permite, al menos por ahora. El papa Luciani  me gratificaba con su benevolencia y, me atrevo a esperar, también con su estima. Por qué quiso hacerme partícipe de algunos pensamientos expresados por él al cardenal Villot , no lo sé. Ellos constituyen un auténtico compromiso, vivo y presente en su corazón hasta el último día. Yo sostengo que se debe hacer justicia y dar testimonio de Juan Pablo I” .

He aquí algunos pensamientos que el papa Luciani  llevaba en el corazón y que, además, quería que fueran conocidos. Juan Pablo I p ensaba, entre otras cosas:

-        destituir al presidente del IOR (Instituto para Obras de Religión, Banco Vaticano) y reformar íntegramente el mismo, para que no se repitan experiencias dolorosas del pasado, que el papa Luciani  sufrió ya de obispo y que de ningún modo quiere que se repitan siendo papa.

-        tomar abierta posición, incluso delante de todos, frente a la masonería y la mafia.

Como consta en el documento de la persona de Roma, Juan Pablo I era consciente del riesgo que corría. Dijo al cardenal Villot : “Eminencia, usted es el Secretario de Estado y es también Camarlengo de la Santa Romana Iglesia, usted sabe mejor que nadie que el papa tiene que actuar con prudencia y con paciencia, pero también con coraje y confianza. El riesgo lo ponemos todo en las manos de Dios, del Espíritu Santo y de Cristo Señor. Estos pensamientos que le confío, de momento brevemente, los llevo muy en el corazón. Usted me ayudará a realizarlos de forma adecuada”.

Juan Pablo I, con firmeza ya demostrada en asuntos semejantes, quería poner orden en las finanzas vaticanas. Para ello pensaba destituir al obispo Paul C. Marcinkus , presidente del IOR, Instituto para las Obras de Religión, llamado también Banco del Vaticano. Una tarde, el secretario de Estado cardenal Villot  le habló del IOR en estos términos: “El IOR es una piedra caliente que abrasa en las manos de todos. Alguno corre el riesgo de quemarse”. Juan Pablo I le dijo claramente: “En cuestiones de dinero la Iglesia debe ser transparente, debe obrar a la luz del sol. Va en ello su credibilidad. Se lo digo también a usted. La Iglesia no debe tener poder, ni debe poseer riquezas”.

Le dijo también Luciani a Villot: “El presidente del IOR debe ser sustituido: cuando usted lo juzgue oportuno. Deberá hacerse de modo justo y con respeto de la dignidad de la persona. Un obispo no puede presidir y gobernar un banco. Aquella que se llama sede de Pedro y que se dice también santa, no puede degradarse hasta el punto de mezclar sus actividades financieras con las de los banqueros, para los cuales la única ley es el beneficio y donde se ejerce la usura, permitida y aceptada, pero al fin y al cabo usura. Hemos perdido el sentido de la pobreza evangélica; hemos hecho nuestras las reglas del mundo. Yo he padecido ya de obispo amarguras y ofensas por hechos vinculados al dinero. No quiero que esto se repita de papa. El IOR debe ser íntegramente reformado”.

De tiempo atrás, la relación de Marcinkus  con Luciani  era tensa. Marcinkus no había recibido bien la elección del nuevo papa. Luciani lo sabía. Le dijo a Villot : “Alguno aquí, en la ciudad del Vaticano, ha definido al papa actual como una figura insignificante. No es un descubrimiento. Siempre lo supe y nuestro Señor antes que yo. No fui yo quien quiso ser papa. Yo, como Albino Luciani, puedo ser una zapatilla rota, pero como Juan Pablo es Dios quien actúa en mí. Siento que necesitaré mucho coraje, mucha firmeza, gran humildad, mucha fe y mucha, mucha caridad. Un obispo, alto y robusto, siempre de esta casa, ha declarado que la elección del papa ha sido un descuido del Espíritu Santo. Puede ser. No sé entonces cómo ha ocurrido que más de cien cardenales han elegido a este papa por unanimidad y con entusiasmo”.

Juan Pablo I p ensaba tomar abierta posición, incluso delante de todos, frente a la masonería y frente a la mafia. En el informe de la persona de Roma esta posición del papa aparece a continuación, después de hablar de la destitución de Marcinkus  y de la reforma integral del IOR. Le dijo a Villot : “No se olvide que la masonería, cubierta o descubierta, como la llaman los expertos, no ha muerto jamás, está más viva que nunca. Como no ha muerto esa horrible cosaque se llama mafia. Son dos potencias del mal. Debemos plantarnos con valentía ante sus perversas acciones. Debemos vigilar todos, laicos, curas, y especialmente los párrocos y los obispos. Debemos proteger a las gentes de nuestras comunidades. Es un tema que un día afrontaremos con más claridad delante de todos”.

Todavía no se había publicado la lista de la logia P2, que en Italia constituía un Estado dentro del Estado. Fue en mayo del 81 y su publicación provocó la caída del gobierno italiano. Pero, sobre su mesa de trabajo, tenía el papa Luciani  una lista de presuntos masones vaticanos, elaborada por el periodista Mino Pecorelli , miembro arrepentido de la logia P2. Como es sabido, en el juicio por la quiebra del Banco Ambrosiano, las  mayores condenas caen sobre los jefes de la P2: 18 años y medio de cárcel para Licio Gelli y 19 para Umberto Ortollani.

Estaba en el camino de la profecía


Muy importante es el testimonio de don Germano Pattaro , sacerdote y teólogo veneciano, llamado por Juan Pablo I a  Roma como consejero. Pertenece también a la fuente veneciana.

De su testimonio emerge la figura de un papa profeta, que quiere hablar y actuar en nombre de Dios: un papa que no quiere ser jefe de Estado, que no quiere escoltas ni soldados, que se abandona totalmente al Señor, pase lo que pase; un papa que quiere la renovación de la Iglesia, sin olvidar las razones profundas que hicieron necesario el Concilio; un papa que no quiere gobernar solo, sino con los obispos; un papa que pide perdón por los pecados históricos de la Iglesia, como la Inquisición, el poder temporal de los papas, el odio a los judíos y la tolerancia ante las masacres de los indios, el racismo y las deportaciones de los pueblos africanos; un papa que reivindica la figura profética de quienes valientemente denunciaron el genocidio de aquellos pueblos; un papa que quiere hacer justicia a todos aquellos que en tierras de misión, en el Este y en América Latina, han sido encarcelados, torturados, exiliados o asesinados por causa de Cristo; un papa que denuncia fuertemente el sistema económico internacional; un papa que se pone al lado de quienes, de cualquier raza y religión, defienden los sacrosantos derechos del hombre; un papa que quiere promover en el Vaticano un gran instituto de caridad, donde poder hospedar a quienes duermen por las calles; un papa que quiere diez discursos menos y un testimonio más; un papa que sabe, a los pocos días de pontificado, quién será (y, además, pronto) su sucesor; un papa que no se deja intimidar, a pesar de las dificultades encontradas.

Muerte anunciada

Con fecha 12 de septiembre de 1978, el periodista Mino Pecorelli publicó en su revista OP (Osservatore Político) un artículo titulado La gran logia vaticana. En él se decía que el 17 y el 25 de agosto la agencia de prensa Euroitalia había dado los nombres en código, el número de matrícula y la fecha de iniciación a la masonería de cuatro cardenales considerados papables: Baggio , Pappalardo , Poletti , Villot.

 “ Nos hemos hecho, decía Pecorelli,  con una lista de 121 masones: cardenales, obispos y altos prelados indicados por un número de matrícula y nombre codificado. Ciertamente, la lista puede ser apócrifa, incluso la firma de un cardenal hoy puede ser falsificada”. En cualquier caso, “el papa Luciani  tiene ante sí una difícil tarea y una gran misión. Entre tantas, la de poner orden en las alturas del Vaticano” .

En el mismo número de OP, Pecorelli proponía a sus lectores la extraña historia de un papa laico, Petrus Secundus, que muere asesinado tras un breve y tempestuoso pontificado. El papa “es periodista en un diario”. El obispo Luciani había confesado en una entrevista: “Si no hubiera sido obispo, hubiera querido ser periodista”. Además, se hicieron famosos sus artículos en la revista Mensajero de San Antonio (Padua) y en el diario Il Gazzettino de Venecia.

El nuevo papa “toma el nombre de Pedro Segundo sólo porque rechaza cambiar de nombre, así como rechaza también aspectos importantes de la Iglesia que, forzado por las circunstancias, ha aceptado dirigir. Breve y tempestuoso es el pontificado de este papa que terminará asesinado por obra de fuerzas políticas adversas, alarmadas por sus denuncias”.

Su elección, dice Pecorelli, se produce “por aclamación y por mayoría casi unánime”, como sucedió con Juan Pablo I. Pues bien, en la inauguración del pontificado, dijo el nuevo papa Pedro Segundo:

-         “La elección de un laico al papado es un hecho insólito en los tiempos recientes, dijo el papa. A mí el acontecimiento me ha caído encima de improviso, dejándome turbado y lleno de aprehensión. Lo estoy todavía y a veces me pasa que me considero la víctima de un acto del cual sin embargo se me ve protagonista”.

-          The son of a bitch is fishing for solidarity, dijo en la Casa Blanca el presidente que seguía el discurso con sus consejeros.

-         “Pero vamos al grano, dijo el papa, pienso que ningún rey, ningún presidente, ningún emperador y ningún papa tienen derecho a comer si antes no han comprobado que todos sus súbditos, ciudadanos y seguidores pueden hacerlo...El presidente, el papa no podrán enviar embajadores ante los poderosos de la tierra si antes no han enviado sus mensajeros ante aquellos que sufren injusticia, que padecen tiranía, que gimen en las cadenas de las muñecas y de las mentes”.

-          “Está loco como Cristo y es tan peligroso”, dijo el presidente del Consiglio italiano, “en las próximas elecciones perderemos cuatro millones de votos”.

-         “Y ahora basta de palabras, concluyó el papa. El tiempo apremia y debemos pasar a los hechos. De todo corazón, os agradezco que me hayáis escuchado”.

-         “La Iglesia se está hundiendo, dijo furioso un cardenal conservador, y pierde toda influencia. La gente no cree ya en nada, y ahora ni el papa da ejemplo”.

El papa decidió comenzar un trabajo en el que había pensado a menudo desde los primeros días: “Se trataba de un trabajo ímprobo y lleno de peligros: hacer el censo de las riquezas de la Iglesia. No se trataba sólo de saber lo rica que era, sino de dividir lo que era fácilmente enajenable de lo que no lo era. La idea de Pedro era usar el beneficio para ciertos fines, a su parecer esenciales”.

Como queda dicho, el nuevo papa es asesinado “tras un breve y tempestuoso pontificado”.

Todo esto lo publica Pecorelli diecisiete días antes de la extraña muerte del papa Luciani. Es, justamente, la crónica de una muerte anunciada.

Dos semanas después, el 26 de septiembre, Pecorelli publica el artículo titulado Santidad, ¿cómo está? Pregunta enigmáticamente por la salud del papa Luciani y habla de la reacción que suscitan los cambios que pensaba hacer: “Hoy en el Vaticano muchos tiemblan, y no solamente monseñores y sacerdotes, sino también obispos, arzobispos y cardenales”.

Pecorelli , que tuvo estrechos contactos con los servicios secretos italianos, anunció de diversas maneras el trágico destino de Aldo Moro, presidente de la DC y artífice del nuevo gobierno italiano, en el que por primera vez el partido comunista italiano llegaba al poder . Fue también en 1978, “el año de Europa”, que para el secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger significaba situarse “en el contexto de la política americana”. El 16 de enero de 1979 Pecorelli anunció nuevas revelaciones, pero dos meses después fue asesinado de un tiro en la boca, por hablar.

Caso abierto


Para el Vaticano la desaparición de Juan Pablo I es un caso cerrado el 29 de septiembre de 1978. Para muchos es un caso abierto, también para el magistrado italiano Pietro Saviotti, de la Fiscalía de Roma. El autor de estas líneas le envió sus dos libros hace un año, ofreciéndole los resultados de su  investigación y poniéndose a su disposición.

En el plano eclesiástico, se han dado los primeros pasos hacia el proceso de beatificación del papa Luciani. Contradiciendo una tradición secular que se refiere a los papas, la causa de beatificación no parte de Roma, sino de su tierra de origen, donde es recordado por su “santidad ordinaria”. Es decir, el planteamiento es este: ¡qué bueno era! Sin embargo, hay que decirlo claramente, un proceso de beatificación que eludiera el modo de la muerte estaría viciado de raíz.  Para nosotros, Juan Pablo I es mártir de la purificación y renovación de la Iglesia.

viernes, 28 de septiembre de 2018

JUAN PABLO I. CASO ABIERTO.



 
El 28 de septiembre de 1978 es una fecha negra en el Vaticano, y no sólo porque se les muriera un papa. Al fin y al cabo se les han muerto doscientos y pico y lo tienen bastante asumido. Pero las dudas que surgieron en torno a aquella muerte aún no se han disipado, ni mucho menos se ha solucionado la crisis interna que arrastró. Albino Luciani, Juan Pablo I, murió a los 34 días lo del entierro de Pablo VI, cuando tuvieron que sacarlo de nuevo para los funerales del papa efímero. 

Ahora que el Vaticano ha des clasificado los documentos del pontificado de Pío XI para que el mundo sepa qué datos del nazismo, la Guerra Civil española y el fascismo italiano se guardaron con tanto secreto, es de esperar que en algún momento alguien explique exactamente de qué murió Juan Pablo I. Haciendo un cálculo, así por encima, no nos toca enterarnos hasta, más o menos, el año 2076. 

El papa Luciani murió en algún momento de la noche del 28 al 29 de septiembre. Se prohibió la realización de autopsia, nunca se pudo saber qué cenó la noche anterior, las cuatro monjas que asistieron al papa fueron trasladadas al Santo Oficio con la prohibición de hacer declaraciones, y no hubo un boletín médico que explicara claramente las causas de la muerte. El médico que certificó el deceso dijo que probablemente se debió a un infarto de miocardio. Pero aquel infarto no convenció. 

La negativa a hacer autopsia se basó en que la Constitución Apostólica promulgada por Pablo VI en 1975 lo prohibía, pero en realidad ni lo prohíbe ni lo ordena, lo omite. O sea, ni sí ni no, ni todo lo contrario. La omisión de autopsia se entiende cuando el papa muere tras una enfermedad tratada por los médicos o cuando se le conoce una dolencia crónica. Pero es que Juan Pablo I no estaba enfermo y apareció muerto en su cama cuando la noche anterior se había acostado más ancho que largo. 

Aún hoy hay voces que piden que se exhume y que se investigue. Por pedir...






NIEVES CONCOSTRINA.

jueves, 27 de septiembre de 2018

CARTA CON MALA LECHE A ENRIQUE IV.

                  
            Los nobles y la jerarquía eclesiástica de Castilla se la tenían jurada a Enrique IV. Por eso, el 28 de septiembre de 1464 se pusieron de acuerdo para hacerle llegar un mensaje cargado de mala leche. Le escribieron diciendo que su hija, la princesa Juana, no era su hija. Le dijeron que su mujer se la había pegado con un jovenzuelo llamado Beltrán de la Cueva. Le dijeron que aquella niña no podía ser la heredera al trono porque no era legítima. Pobre cría, en aquel momento la marcaron como Juana la Beltraneja.
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             La historia ya ha sido revisada y en algunos puntos se ha vuelto del revés. Que Enrique IV fuera homosexual... puede; que la niña no fuera suya... pues quizás; pero a ver desde cuándo eso ha sido un inconveniente para reinar en España. La historia de las monarquías está repleta de hijos extramatrimoniales. Parece demostrado que todo el tinglado que le montaron a Enrique IV iba destinado a lo que al final ocurrió, a desacreditar su imagen y su hombría para declarar heredero al hermano menor del rey. Porque aquellos nobles castellanos que se propusieron deshonrarlo eran como el Aquí hay tomate del siglo XV: primero lanzaban el rumor y luego lo convertían en noticia.
              Y fueron ellos quienes propagaron por todo el reino que la princesa Juana era hija de otro hombre porque el rey era impotente. Nunca se ha demostrado que Enrique IV fuera incapaz; aquello fue una maniobra aprovechada a raíz de su presunta homosexualidad. Como si una cosa tuviera que ver con la otra.
              Ni mucho menos se ha probado que la princesa Juana no fuera su hija. Enrique IV siempre defendió que era legítima, y además hay un detalle que hace sospechar que esto es cierto: el supuesto padre de la niña, Beltrán de la Cueva, cuando Juana y su tía Isabel se enzarzaron en la lucha por el trono, guerreó en el bando de la futura Isabel la Católica. De haber sido realmente el papá de Juana, ¿no hubiera sido más lógico que defendiera los intereses de su hija?  Sea como fuere, a Juana la Beltraneja le birló el trono su tía Isabel. Conste.

NIEVES CONCOSTRINA.
HISTORIAS DE LA HISTORIA.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

LA ANOMALÍA ARARAT. EL ARCA DE NOÉ


"ATENCIÓN" - LO QUE COMENTAN DIVERSOS GEÓLOGOS DE ESTA HISTORIA ES QUE LA IMAGEN CAPTADA NO ES MÁS QUE UN SINCLINAL, UNA ESTRUCTURA GEOLÓGICA FORMADA POR ROCAS COMBADAS.

AQUÍ VA EL RESTO DE LA HISTORIA DEL ARCA DE NOÉ.

Lo que originalmente era una misión de reconocimiento y espionaje militar por parte del gobierno de los Estados Unidos en la antigua frontera entre Turquía y la Unión soviética derivó en uno de los proyectos secretos más resguardados de los últimos 50 años: El Descubrimiento de la supuesta Arca de Noé.Arca en el Monte AraratFilmada por primera vez en 1949 desde el aire, las imágenes tomadas a la región del  monte Ararat arrojaban irregularidades en su formación, lo cual derivo en que el proyecto se volviera de clasificación secreta mientras se lograba investigar en qué consistía esta anomalía.
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No fue hasta 1995 gracias  la “Ley de Libertad de Información”  (Freedom of Information Act) que todo el material clasificado salió a la luz y fue entregado al Dr. Porcher Taylor, profesor de la Universidad de Richmond en Virginia, y un erudito del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales especializados en la inteligencia por satélite y la diplomacia. Durante varios años se estudio con cuidado toda la información clasificada con el objetivo de darle un seguimiento serio al tema, después de todo la ciencia estaba a punto de probar con pruebas fehacientes que uno de los grandes mitos bíblicos, en verdad habría ocurrido.
No fue hasta el año 2000 y gracias a la nueva tecnología  ofrecida por elsatélite Ikonos que se logro trazar por computadora dicha anomalía. La anomalía muestra fachadas lineales en el hielo glacial profundo que denotan que la nieve acumulada ahí es relativamente más reciente que el resto. En otras palabras, la nieve acumulada sobre la anomalía está asentada sobre lo que parece ser un objeto incrustado en el monte.
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El Mito

Según narra el Capítulo 6 del libro Génesis contenido en el antiguo testamento de la Biblia, Versión Reina Valera; Dios, que se había cansado de ver la maldad del hombre mandaría un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir todo ser vivo en el que habite un espíritu de vida bajo el cielo, para después re-hacer al hombre ahora libre de maldad. Más sin embargo Dios encontró a Noé de su agrado y le dijo que construyera un arca de madera de Gopher: “harás aposentos en el arca y la embetunarás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás á un codo de elevación por la parte de arriba: y pondrás la puerta del arca á su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero”. Más adelante, en el capítulo 7 versículo 2, se menciona que Yahvèh le ordena a Noé tomar 7 parejas de todo animal “limpio” y una pareja de animales  “no limpios” incluido las aves del cielo para asegurar su sobrevivencia. Se entiende por animales limpios, aquellos cuyos genes no se habían mezclado entre especies, en otras palabras los animales no limpios serian el resultado de la cruza entre especies.gry-arca-noe-02
También le ordeno juntar de todo tipo de comida conocida para alimentarlos a él, su familia y la fauna entera del arca. Semejante proyecto tardo cerca de 120 años en concretarse, según narra la biblia.

Los Hechos

Siguiendo la descripción en medidas dadas por Yahvéh a Noé, tomando en cuenta que la equivalencia en centímetros de un codo es de 53,36 cm, luego entonces el Arca de Noé tendría 160m. de largo (una y media cancha de futbol reglamentaria aprox.) por 26,5m. de ancho y 16 m. de alto (un edificio de 5 pisos aprox.), medidas que podrían resultar insuficientes para albergar a toda la fauna del planeta, más podría bastar para la fauna conocida por Noé y su familia en aquellos tiempos (o los que alcanzaron a juntar).
El volumen total del arca seria luego entonces de 43,500 metros cúbicos, el equivalente a 522 vagones de tren de carga, cada uno con la capacidad de llevar 240 ovejas. La longitud del arca era de proporción de 6 a 1, misma proporción que los buques de semejante tamaño usan hoy en día, pues es la mejor proporción para lograr una buena estabilidad en tiempos tormentosos; Luego entonces significaría que la Ingeniería naval actual estaría basada en las medidas que dios le dio a Noé en aquel entonces.
La anomalía del monte Ararat se encuentra en la esquina noroeste de la meseta occidental del monte Ararat aproximadamente a 39°N 44° 16’30E / 39.70278, 44.275 Coordenadas: 42°10´ 39′ N  44° 16′ 30”E a unos 4,7 Km, unos 2,2 km al oeste de los 5,137 m. en la cumbre, en el borde de lo que aparece en las fotografías para ser un fuerte pendiente descendente.
La historia del Arca contada en Génesis tiene una similitud con el mito sumerio de Utnapishtim, que cuenta como un antiguo rey fue advertido por uno de sus dioses para que construyera una embarcación, la cual lo salvaría de un diluvio enviado por el consejo de los dioses.
Existen casi 250 leyendas alrededor del mundo que concuerdan con muchas partes del mito del Arca de Noé, lo que en si ya amerita el beneficio de la duda al respecto.

Teoría de Conspiración

La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos no descarto la posibilidad de que fueran estructuras creadas por el hombre, las fotografías tomadas en alta resolución satélites espías de los Estados Unidos han dado a entender que un objeto grande, de una forma parecida a un barco, oscurecido por la capa de hielo acumulada por años podría ser los restos de la bíblica Arca de Noé. Fue el escaneo de su satélite espía que revelo que en el monte había varios objetos aperientemente metálicos lo que llamo poderosamente la atención a la agencia central de inteligencia norteamericana, lo que motivo que el proyecto se volviera secreto y la información obtenida siga aun en el misterio y la duda si realmente ahí está el arca de Noé
Una persona que afirma haber  pertenecido al proyecto secreto que tenía como objetivo explorar, catalogar y recuperar cualquier cosa que hubiera en la supuesta arca, filtro información (con fechas, nombres exactos y reales, lo cual le otorga el beneficio de la duda) sobre lo descubierto dentro del arca. Aparentemente un grupo de investigadores, respaldados por un equipo de comandos norteamericanos bajó al supuesto bote y confirmaron que efectivamente ahí había un objeto de enormes dimensiones hecho con madera, pero además, encontraron tres objetos metálicos (cuya descripción este hombre omite), dos de ellos creados con una aleación de metales imposibles de fabricar en la época de Noé. Este es el principal motivo por la cual el posible descubrimiento del arca de Noé sigue parcialmente en el anonimato y virtualmente atascado sin una solución próxima posible. Aquellos objetos encontrados no podrían haber sido de manufactura humana, no en aquella época no con aquel conocimiento.
El simple hecho de haber encontrado la mítica Arca de Noé, que probaría que el mito fue cierto paso a segundo término cuando, de ser cierto, la agencia central de inteligencia norteamericana recupero tres objetos extraños en la supuesta Arca de Noé.

¿Qué fue lo que encontraron y cuál será la función de dichos aparatos?

Suponiendo que algo de esto pudiera ser cierto, y siguiendo el mito de que Yahvéh le dijo a Noé que construyera un barco para salvarse a él, su familia y la fauna conocida de la extinción, proyecto que tardo 120 años en concretarse, y tomando en cuenta que Noé y su familia no podrían haber contenido en su arca a toda la fauna total del planeta ¿De dónde salió el resto de la fauna que poblaron el planeta actualmente? ¿Cuántos animales llevaba Noé en su Arca? ¿Dejó Noé algún registro real y conciso de estos animales salvados? ¿Hubo a caso re-inserción/población de especies en el planeta por parte de…quien? ¿Yahvéh le dio a Noé estos objetos metálicos de manufactura claramente no-humana? ¿Con que finalidad? Si en  verdad la CIA extrajo estos extraños objetos metálicos del Arca de Noé ¿Algún día saldrá a la luz lo que encontraron ahí?
Lo cierto es que a un faltan piezas por descubrir de este rompecabezas que mantiene de momento este tema sin una respuesta clara y satisfactoria para científicos, teólogos, creyentes y escépticos por igual.
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LOS ANGELES, 15 Mar. 06 / 04:17 pm (ACI).- En la parte más elevada del Monte Ararat, en la zona este de Turquía, existe una gran “anomalía”, que podría ser el Arca de Noé, de acuerdo a las investigaciones que Porcher Taylor ha venido realizando con imágenes satelitales desde hace 13 años.
Leonard David de la revista Space da cuenta de estos estudios. La mencionada anomalía se encuentra a cuatro mil 663 metros de altura, está en la zona noreste del Monte Ararat y está cubierta por hielo glacial. El tamaño de la formación, de acuerdo a las imágenes del satélite, 309 metros, equivaldría a los 300 por 50 cúbitos que medía el Arca de Noé, como explica el libro del Génesis.
Taylor, profesor asociado de la Escuela de Estudios Continuos de la Universidad de Richmond en Virginia, afirma tener “un nuevo optimismo… que va hasta donde me permita la comunidad científica para descifrar las imágenes cada vez más definitivas”, y señala “un nuevo y significativo descubrimiento”, una imagen tomada por DigitalGlobe del satélite QuickBird.
En esta investigación, también están incluidas imágenes tomadas por la unidad aérea GeoEye’s Ikonos del satélite QuickBird, el Radarsat 1 de Canadá, y otras imágenes tomadas por varias agencias de inteligencia de Estados Unidos. “No tenía ninguna idea preconcebida o agenda cuando comencé esto en 1993 en cuanto a lo que estaba buscando”, señaló Taylor.
Considero que si los restos son algo náutico hecho por el hombre, entonces potencialmente podría ser algo de proporciones bíblicas”, remarcó. Además, “ya tenemos tres nuevas unidades aéreas que van a tomar más imágenes. Estoy utilizando todo lo que tengo para, con suerte, observar mejor la zona del Monte Ararat en cuestión”, informó.
Por su parte, el analista de imágenes satelitales, Rod Franz de SunTek Media Group/RiteImage ha investigado la imagen obtenida en donde ha podido determinar distintas distancias y escalas de la anomalía. “También intenté determinar si se podía observar algo debajo del hielo y la nieve”, comentó.
Franz pudo determinar que el frente de la anomalía mide 309 metros. “Pude asimismo darle forma y me di cuenta de que encaja en un círculo. No estoy seguro de lo que esto signifique, si significa algo, pero lo encuentro muy curioso”. Dada la distancia, Taylor precisó que la anomalía supera largamente al Titanic y al Bismarck en tamaño e iguala el tamaño de los más grandes portaviones actuales.
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Por ahora, estas “excavaciones” arqueológicas desde el espacio reemplazarán a una expedición en el campo, como en el caso de las ruinas Mayas descubiertas hace algunas semanas por la NASA utilizando la misma técnica.
Para los exploradores, las imágenes obtenidas por GeoEye junto con la información que proporciona el sistema de Global Positioning System (GPS) se ha convertido en el agua y la comida congelada de cualquier expedición. Uno no quiere salir de casa sin ellas”, afirma Mark Brender, Vicepresidente de comunicaciones y marketing de GeoEye.
Para los investigadores, las imágenes tomadas desde el espacio proporcionadas por GeoEye permiten tener lo más avanzado, así como una vista que no se podría obtener desde el suelo y ni siquiera utilizando aviones para la observación. Para Brender, estas imágenes son “el suero visual de la verdad“.